José Luis Blanco Garza, 2º Premio Searus-1999


JOSÉ LUIS BLANCO GARZA

Nota Biográfica (1)

          Aunque nació (1950) en Pozoblanco, Córdoba, siempre ha vivido en Carmona, donde trabaja de maestro. Ha publicado el libro de poemas Relectura (Ed. S&C, Carmona, 1998), que obtuvo el primer accesit en el XVII premio de poesía “Luis Cernuda”. La mejor definición de cómo debe ser la poesía la encontró, como muchas, primero en Bécquer: “Natural, breve, seca…”, y algo después en la cita que Monterroso pone al frente de uno de sus libros: “Toda abundancia es estéril”.
          Las piezas reunidas en “Una respuesta” pertenecen al libro inédito Una vida cualquiera, del que han aparecido varios poemas en el número 15 de la revista Palimpsesto.
          En proceso de edición (Signatura Ediciones) tiene el libro Soleares, un intento nada original (aunque si personal) de seguir una de las más fecundas tradiciones de nuestra lírica. Para dar un poco de color a esta desvaída reseña, en la siguiente página copiamos las composiciones VIII y LVXXXIII.

          José Luis Blanco Garza, noviembre de 2000.


Nota Biográfica (2)

          JOSÉ LUIS BLANCO GARZA nace en Pozoblanco, Córdoba, en 1950. Tiene publicados los libros Relectura (S&C ediciones, Carmona, 1998), con el que obtuvo el primer accésit en el Premio de Poesía Luis Cernuda del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla; y 99 Soleares (Signatura ediciones, Sevilla, 2002); e inéditos, Una vida cualquiera y la herencia de Darwin.


Reseña biográfica tomada de la Antología 25 años de Poesía Searus, 2002




Obra: “UNA RESPUESTA”
2º Premio, XXII Certamen de Poesía Searus, 1999


                              Del libro “Soleares”

                                                 VIII
                                       A mi me duele, me duele
                                       que pases y Nome mires…
                                       con los ojos que tú tienes.

                                                 LVXXXIII
                                       La vida son cuatro ratos
                                       entre el soñar y el perder
                                       y luego una cuesta abajo.




CAFÉ LITERARIO

En una estantería de mi cuarto,
Dante, Villon, Manrique,
Shakespeare y Garcilaso…
Y el más amigo: Bécquer.
De tiempo en tiempo, hablamos.



EL CINE

La sesión infantil era un escándalo
de risas, gritos y emociones fuertes.
Los malos y los buenos, una historia
que a todos nos conmueve,

y aquel tipo tan rudo, el vigilante,
con su eterna y prosaica mala leche.
El cine nos gustaba porque allí
el final era siempre

que el bueno se casaba con la chica,
que nosotros salíamos alegres
dejando la tristeza en los bolsillos
de aquel tipo sin suerte.



EL POEMA

Las palabras, me digo,
no sirven para mucho
si no contienen algo
de la verdad que busco;

algo del pensamiento
con que uno se explica,
como puede, las cuatro
razones de su vida;

algo de sabor áspero
que algunos días tienen
-porque sí, o porque todo
es más lento o más breve-;

algo de la emoción
que nos calienta el alma;
memorias y deseos,
recuerdos y esperanzas…



CASI NADA, CASI TODO

Innumerables días que no recuerdo tristes.
-La calle, las lecturas, nuestra banda, los juegos
eran, pese al sombrío reinado del miedo
y la estrechez moral, un territorio libre.

Y la melancolía que fue mi adolescencia,
con las primeras dudas y la emoción del arte;
la juventud rebelde, buscando en todas partes
un poco de verdad, un poco de belleza…



UNA RESPUESTA

Leo en el libro de alguien
cosmopolita y culto
que mi generación
sólo ha sido una especie de disgusto.

Un grano juvenil
tan insignificante…
Y de pronto resulta
que es el único responsable.

Leo en el libro de alguien
cosas muy bien escritas
-como dice la siempre
benemérita crítica-

sobre el tiempo fugaz
en que yo era un muchazo,
una leve tristeza
elevada al cuadrado.

Leo un libro de alguien
la verdad verdadera,
y me entero por fin
de quien soy, de quien era.

Ya me lo imaginaba:
una mota de polvo
respondona; la lluvia
de los años me arrastra con su lodo…

El resto, amigo mío
-permítame este nombre-,
es la vida, que a todos nos iguala,
que tan mal nos responde.



LA LETRA PEQUEÑA

De joven, uno lee las mayúsculas,
los principales párrafos.
Tarda en leer el texto
que explica, más abajo,
con letra minuciosa e implacable,
lo que estaba tan claro.

De joven, uno piensa que la vida
le ofrece una bicoca;
                              y no ve el trapo.



DEDICATORIA

                              A Gracia

Guardo versiones, otras las he roto,
del poema de amor que no te escribo.
Que sí te escribo en cada verso, en todos.



HISTORIAS CRUZADAS

                    Que por mayo era, por mayo…

Era a finales del setenta y cinco.
Era mayo también para nosotros,
que oíamos cantar una avecilla
(y un viejo disco de Jacques Brell).

                                       Hoy tantos
recordarán la fecha como el fin
de una historia perversa e infinita,
como el principio de un hermoso tiempo
marcado por las grandes esperanzas
de nuestra juventud…

                                       Yo sigo oyendo
(contigo, algunas noches memorables)
esa dulce avecilla más modesta:
ahora que los tiempos nos desmienten,
ahora que la vida se ha quitado
casi todas sus máscaras no es poco.



UNA PLAYA DEL SUR

Viene a la sombrilla,
me coge la mano
y me quita el libro
con cara de enfado.

Consuelo es tan chica,
apenas tiene tres años,
y tiene razón.
Gracia, mientras tanto,

sonríe callada
y, otra vez soñando,
se mete en su mundo
-tan lejos, tan claro-,

Insiste Consuelo,
hasta que al fin vamos
y nos zambullimos
con bromas y escándalo;

por un tiempo, el tiempo
no es el tipo raudo
que nos adelanta.
Después regresamos

y leo en tus ojos
un dulce inventario;
un frágil poema
que escribiré cuando

los días se llenen
de frío y desánimo.



EL VIAJE

Ya pienso en el viaje
y lo dispongo todo.
Será un viaje largo,
de imposible retorno.

La niñez de mis hijas
he puesto en la maleta,
una tarde contigo,
la Divina Comedia…

para no estar tan solo
mientras voy no sé adónde,
y sin saber por qué,
en medio de la noche.



POSDATA

No sé cómo decirte que las cosas,
hasta ayer más o menos entendidas,
empiezan a ponerse ya en mi contra,

que se me va perdiendo la alegría
y que ya nada me consuela, Fabio,
de este saberme menos cada día,

de este saberme, sobre todo, errado:
¿hay destino peor que el alejarte
siempre de tu destino, paso a paso;

por falta de ambición o de coraje,
apartar la mirada de tu estrella,
o simplemente por no complicarte?

No sé, no sé decirte esta tristeza.

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