Murillo, el artista que "Canonizó" a San Fernando.


MURILLO, EL ARTISTA QUE  «CANONIZÓ» A SAN FERNANDO

JULIO MAYO
El pintor fue el responsable de la imagen iconográfica de Fernando III cuando la Iglesia lo subió a los altares.
 
Fernando III El Santo (San Fernando). Murillo, 1671.
Cuadro que pertenece a la Catedral.

Hace más de tres siglos y medio que hoy, 30 de mayo, se celebra la festividad litúrgica de San Fernando no sólo aquí en Sevilla y España, sino en todo el mundo cristiano. En el mes de febrero de 1671, la Santa Sede terminó reconociendo la santidad del rey Fernando III, después de un largo proceso promovido desde los primeros años del siglo XVII por las autoridades eclesiásticas sevillanas. En la consecución, resultó trascendental el apoyo político y económico deparado por la reina regente, Mariana de Austria, que actuó en representación de su hijo Carlos II. El pueblo sevillano sentía un fervor especial por la figura del monarca que conquistó su ciudad en 1248, y había conseguido restaurar el cristianismo, por lo que sus restos incorruptos eran venerados como si de una reliquia sagrada se tratase. Hasta su tumba acudían devotos para depositar ofrendas, encender velas y cumplir con el rito de besar su milagrosa espada, capaz de curar enfermos. Cuando el proceso de canonización fue consolidándose, varios canónigos le confiaron a Murillo que definiese el modelo iconográfico del nuevo santo, como había hecho ya con otros históricos (Leandro, Isidoro, Justa y Rufina), empleados por la Iglesia hispalense para reivindicar su esplendoroso pasado en la pugna que sostuvo con la de Toledo. Contar en la Capilla Real de la Seo sevillana con el cuerpo del único rey santificado de nuestro país, ayudó a la catedral a competir con El Escorial, la Capilla Real de Granada y otros templos de patronato regio. Esta santificación constituyó un claro gesto de exaltación a la realeza, que contó, además, con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, cuyo escudo municipal muestra entronizado al conquistador desde tiempo inmemorial.

Fijando la iconografía
El cabildo catedralicio reclamó los servicios de Murillo para crear la «vera efigie» del santo, por primera vez, en 1649. Entonces, fue autorizado a explorar el cuerpo y el rostro que se conservaban momificados. Junto al pintor López Caro, se convirtió en asesor técnico y artístico de la causa. Tomó muestras de la huella fernandina por diversos enclaves de la ciudad como la propia catedral, el Real Alcázar, la Puerta Jerez e iglesia de Santa María la Blanca. Al fallecer el cardenal Spínola se interrumpieron aquellas primeras pesquisas, que volvieron a reanudarse a partir de 1651. En la segunda tanda, visitaron la cartuja de Santa María de las Cuevas, el monasterio de San Clemente, la Casa Alhóndiga, la Audiencia, el convento de Nuestra Señora de la Paz, el de San Francisco y el Ayuntamiento. A partir de la observación de sus restos y la recopilación de un buen número de manifestaciones artísticas, en las que Fernando III aparecía incluso con aureola de santidad, fueron completando el retrato hagiográfico.

Para encarnar al rey, Murillo se inspiró en la imagen del monarca y los atributos que ya recogió la medalla conmemorativa aprobada en Roma, en 1630, cuando el sacerdote Bernardo de Toro tramitaba su canonización en nombre de Felipe IV. La bola del mundo lo proyecta como Dominus, esto es, señor; la espada, la Lobera, con la que conquistó Sevilla –que es donde se focalizaba buena parte de su culto–, es la palabra de Dios que simbolizaba en el Siglo de Oro la virtud heroica, encarnando un modelo de conducta para los caballeros del barroco, bien reflejado por Calderón de la Barca en sus comedias de capa y espada. Si bien, la coraza y capa de armiño prefiguran la protección de Dios sobre el hombre.

Donación de su tío
El cuadro del santo rey que se conserva en la catedral, en el que el monarca figura con la mirada levantada hacia el cielo, es de medio cuerpo, y no sabemos exactamente cuándo lo pintó Murillo. En él aparece agarrando la espada con la diestra mientras sujeta el globo terráqueo en la otra mano. Fue donado por el tío de Murillo, don Bartolomé Pérez Ortiz, que era medio racionero del templo metropolitano. Su testamento indicaba que esta pintura se pusiese «en la sacristía mayor de la dicha santa iglesia en la parte que a su señoría pareciere». Pero no llegó a instalarse en la sala capitular hasta 1678. Exhibe con gran maestría el naturalismo psicológico del retratado y expresa esa belleza expresiva y metafísica que Murillo supo introducir en sus creaciones para llevar a la oración.

Murillo, volvió a inspeccionar el cuerpo del rey el 3 de abril de 1671, pocos días después de conocerse en Sevilla la noticia de la concesión papal, y se celebrasen los grandes ceremoniales conmemorativos del 30 de mayo de aquel año. Con él, también estuvo el escultor Pedro Roldán, a fin de que cada uno pudiese elaborar un retrato de gran propiedad dentro de su correspondiente disciplina artística. Las trazas de Murillo sirvieron como modelo a la estampa del semblante divino compuesta por Matías de Arteaga, que se difundió en la descripción publicada por Torre Farfán. El canónigo Justino de Neve y el erudito Juan de Loaysa son en esta última etapa los intelectuales que más lucharon por conseguir la santificación. Ambos impulsaron la organización de las festividades tras la canonización de San Fernando, y se valieron para engalanar los actos de los artistas Juan de Valdés Leal, Matías de Arteaga, Francisco de Ribas y Pedro de Medina. Murillo desaparece a partir de aquel momento del equipo encargado de representar al rey, y emerge, entonces, la figura de Francisco de Herrera el mozo, que estrechó una especial relación con Carlos II, y con quien parece que Murillo tuvo algún desencuentro.  

Grabado de San Fernando, 1672. Sevilla_W


Los servicios prestados en Roma por los canónigos sevillanos en la defensa del misterio concepcionista y la obtención, a un mismo tiempo, de la canonización de San Fernando, demuestran el peso específico dentro de las Españas de aquella Sevilla de los Austrias y el compromiso que mantuvo la monarquía hispánica con la Iglesia universal.
JULIO MAYO ES HISTORIADOR

    SAN FERNANDO EN LOS ALTARES

1671
11 de febrero. El Papa, Clemente X, concede el breve de la canonización, que es recibido en Sevilla el 3 de marzo.
25 a 30 de mayo. Gran fiesta sagrada dedicada a San Fernando.
30 de mayo. Este día, fecha del óbito del monarca, se establece como fiesta litúrgica en todos los territorios de la monarquía hispánica.


1672
Al concluir los fastos de la beatificación, los canónigos remitieron a Roma un oficio con las misas y rezos dedicados en honor al monarca canonizado. El Papa Clemente X amplía la veneración de San Fernando a toda la iglesia universal, incluyéndolo en el martirologio romano.
Comienzan a fluir con mayor celeridad las relaciones institucionales entre la Corte y la Iglesia de Sevilla.



Artículo del Historiador Julio Mayo, publicado en ABC de Sevilla el 30 de mayo de 2018, página 26 y autorizado para ser publicado en el blog de la Asociación Cultural Searus.





El orden más antiguo de las hermandades del Rocío


El orden más antiguo de las hermandades del Rocío

Sanlúcar de Barrameda era la primera hermandad
JULIO MAYO

A inicios del siglo XVIII, únicamente peregrinaban a la aldea cinco hermandades, al margen de la de Almonte, aunque este dato no hemos podido contrastarlo documentalmente hasta hace relativo poco tiempo. Han sido muy escasos los detalles que habían trascendido sobre la romería durante los años del barroco, en los que el gran fervor de la religiosidad popular consiguió alzar la fama milagrosa de la Virgen del Rocío. Nunca habíamos tenido noticias del acuerdo que la hermandad de Almonte fue capaz de consensuar, junto a las demás participantes, en el propio santuario con el fin de evitar ciertos desórdenes e incorrecciones que se registraban en la función y procesión de la Virgen. Ni tan siquiera se había sospechado que las hermandades terminarían fijando el orden de preeminencia por el que regir el turno de los relevos para coger las andas de la imagen, realizar sus danzas y tirar los cohetes y fuegos de artificio. Lo sabemos hoy gracias a una información realmente excepcional, cuyo contenido cambia la historia de la romería que venía contándose hasta ahora. Se trata de la copia de un acuerdo que se hallaba anotado, literalmente, en un pleito que mantuvo la hermandad de Pilas contra la de Villamanrique, entre 1766 y 1767.

La Virgen del Rocío en procesión

El 4 de junio de 1724, la de Almonte reunió en la ermita marismeña, en plenas vísperas de la romería, a las hermandades de otros pueblos que acudían al Rocío. A la sesión asistieron representantes del ayuntamiento almonteño, como patrono de la ermita, más los hermanos mayores de cada hermandad. Al parecer, venían sucediéndose continuadas ausencias de hermandades a la romería, razón por la que, año tras año, estaba modificándose el orden del evento. Este documento inmortaliza el puesto que ocupaba entonces cada hermandad. Después de la de Almonte, cogía el paso de la Virgen en las puertas de la ermita la de Sanlúcar de Barrameda, y, a continuación, Villamanrique, Pilas, la Palma del Condado y Moguer. Y a la entrada, la primera que acogía la imagen era la última hasta que la de Sanlúcar de Barrameda les entregaba el relevo a los almonteños. En aquel periodo concreto del siglo XVIII, eran cinco las filiales que acudían. Constaba asentado así en un libro de actas de la hermandad de Almonte, con más de 286 hojas, que hoy ya no existe desafortunadamente, con la relación de todos los asistentes a aquella histórica reunión, y las firmas de quienes suscribieron el documento, conformes con todo lo acordado.



Orden de las filiales rocieras establecido en 1724
1. Sanlúcar de Barrameda 2. Villamanrique3. Pilas4. La Palma 5. Moguer

Rocieras de Pilas, bailando


Severa medida de corrección
La hermandad de Almonte pretendió revestir de seriedad un acontecimiento religioso en el que se daban cita los vecinos de pueblos de la comarca. La falta de asistencia al acto de alguna que otra hermandad, de un modo reiterado, obligó a los almonteños a tener que adoptar una medida poco flexible, como autoridad máxima en la regencia de la romería. El desorden que ya existía en ocasiones, lo pone de manifiesto el acuerdo al que hacemos referencia. Este expresa que «algunos años suelen faltar en este Santuario algunas hermandades de las recibidas». De modo conjunto, tanto Almonte como las demás hermandades pactaron que «toda aquella hermandad que faltase uno o dos años, perdiese su antigüedad y la tomase la que se seguía». Es decir, que ni la que faltase un año, sin una justificación bien argumentada, mantendría su puesto. La que incumpliera, pasaría a ocupar el último lugar del orden estipulado para participar en la función y procesión de la imagen.
Pero a pesar de la advertencia, hubo una hermandad que faltó luego a la romería algunas veces más, desde el día en el que se estableció el acuerdo mancomunado. Nos referimos a Sanlúcar de Barrameda. Por lo menos lo hizo hasta en dos ocasiones. Concretamente, entre los años transcurridos desde 1725 a 1757, pues en las Reglas editadas por la hermandad de Almonte, en 1758, figura en un lugar bastante retrasado, después de haber sido destituida del puesto privilegiado que le correspondía (la fecha de fundación era uno de los criterios esenciales para establecer el número de orden dentro de la romería). De este modo, Sanlúcar de Barrameda perdió el primer sitio en detrimento de Villamanrique, que pasó a ocupar el primero. Por la información que nos brinda las reglas de 1758, sabemos que Sanlúcar de Barrameda no pasó a ser la quinta, sino al sexto lugar, entre las de Rota y El Puerto de Santa María, porque se habían incorporado otras hermandades más.

1 7 2 4
                    1 7 5 8
1. Sanlúcar de Barrameda
2. Villamanrique
3. Pilas
4. La Palma
5. Moguer
Sanlúcar de Barrameda perdió su antigüedad
1. Villamanrique     5. Moguer
2. Pilas                      6. Sanlúcar de Barrameda
3. La Palma              7. Puerto de Santa María
4. Rota

En el año 1766, la hermandad del Rocío de Pilas consiguió que la autoridad eclesiástica le aprobase sus reglas. Sabedora de que Sanlúcar de Barrameda había perdido definitivamente su sitio, trató entonces de hacerse con él, al saber que la hermandad de Villamanrique no se hallaba canónicamente constituida dentro de la demarcación eclesiástica sevillana. Pertenecía a la jurisdicción de San Marcos de León. Por este motivo, ambas hermandades sostuvieron un enfrentamiento judicial, cuyos autos se conservan en el Archivo del Arzobispado de Sevilla.

Rituales de la procesión

Procesión en el siglo XIX

Antes de la procesión, las hermandades decían sus misas dentro de la ermita, de modo simultáneo, en los cinco altares que hubo antaño. La devota imagen de Nuestra Señora del Rocío era entregada por el capellán a miembros del ayuntamiento de Almonte, como patrono del templo, y así se iniciaba la procesión. De manos de la corporación municipal, el paso llegaba hasta la hermandad de Almonte, que la entregaba a la primera hermandad. Al recibirla cada pueblo, sus cofrades rocieros efectuaban unos bailes delante de la imagen. Acto seguido, lanzaban cohetes. ¿Hay algo más rociero que un cohete? Al regreso de la Virgen, se realizaba todo este protocolo de modo inverso. Tras la entrada de la imagen, se celebraba la función solemne. Es muy probable que la flauta y el tamboril, tan unidos a la fiesta hoy, formasen ya parte también del rico folclore que describen los documentos. Y el atuendo suponemos que se asemejaría, en algunas prendas, al ropaje que exhiben los romeros y romeras en los grabados de la romería del siglo XIX, y las fotografías más antiguas que se conservan de esta fiesta. La realidad de la fe rociera nos enseña también la historia de sus costumbres, el arraigo del baile rociero en las arenas, al lado de un Simpecado, o frente a la Virgen del Rocío, como antiquísimo rasgo identitario de esta riquísima manifestación religiosa y cultural.  
JULIO MAYO ES HISTORIADOR



Publicado en Abc –Pasión en Sevilla el 20 de mayo de 2018
*http://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/orden-mas-antiguo-las-hermandades-del-rocio-129041-1526819195.html


II Monográfica del perro de agua español en Los Palacios y Vfca.



Ayer domingo, 6 de mayo de 2018 se celebró la II Monográfica del perro de agua español en Los Palacios y Villafranca, organizada por la Asociación Canina Unión De Amigos Del Perro De Aguas De Las Marismas y la colaboración del Ayuntamiento palaciego.

Un fantástico ambiente de compañerismo, junto a una espléndida mañana, han hecho posible que una gran multitud de aficionados y curiosos, de nuestra localidad y de fuera, se hayan dado cita en el parque de las Marismas de Los Palacios y Villafranca para disfrutar del perro de agua español.

Recordamos que la Monográfica estuvo programada para que se realizase el sábado 7 de abril, en la Feria Agroganadera y de la Gastronomía de Los Palacios y Villafranca, en el Recinto Ferial. Pero la mala climatología lo impidió.

Enhorabuena a los organizadores por el compromiso y puesta en marcha del evento, a pesar de las dificultades y el trabajo de logística que requiere la realización de una actividad como la que nos ocupa. Mención especial a nuestro amigo Miguel Baquero que se desvive y no pone límites, en forma de tiempo, a su dedicación por el perro de agua de las marismas, así como a sus compañeros de junta directiva: Juan Francisco Jiménez, Juan Manuel mesa, Jorge Aguilar, Antonio cerrada y Francisco Javier Baquero.

Reconocer también el trabajo, justo e imparcial, llevado a cabo por el juez de la Monográfica, Manuel Fernández Ceballos y el Comisario de la misma, Carlos Mier.

Foto de Tony Solano Montero


El resultado de la II Monográfica
fue el siguiente:

Categoría muy cachorros machos: 1º Felipe del Morruo; 2º Marshall del Marismeño y 3º Caí de

Categoría muy cachorros hembra: 1º Cala de aire de Marisma; 2º Cati del Morruo y 3º Rita de barba recia.  

Mejor de raza: Cala de aire de Marisma

Categoria Cachorros macho: 1º Bawi del Marismeño; 2º Pinzón de Canagua.

Categoria Cachorros hembra: 1º Aire de Canagua; 2º leyenda del Morruo y 3º Luna del Marismeño. Mejor de raza: Aire de Canagua.

Categoría joven macho: 1º Narol Senda del eo vom House kristo; 2º Califa del Morruo y 3º Zuma del Marismeño.

Categoría joven hembra: 1º Frijolita del Morruo; 2º Areca de barba recia y 3º Abril de la era empedrá. Mejor de raza: Narol Senda del eo vom House kristo.

Categoría abierta macho: 1º Caramelo de la Ribera de alguacil; 2º Serío de barba recia y 3º Jabulani de los Cerros de Quinto.

Categoría abierta hembra: 1º Zamba del pato; 2º Jabeja de Guadalteba y 3º Abril de aire de Marisma.

Bis, mejor perro absoluto de la Monográfica Caramelo de la Ribera del Alguacil.

Categoría parejas: 1º Marisma de Almudeyne y Triana; 2º Felipe y Cati del Morruo y 3º Pinzón y Aire de Canagua.

Categoría lote de cría: 1º Mejor lote de cría del Morruo; 2º Terrón , Marshall y Manfariel del Marismeño y 3º Nala , Triana y Marisma de Almudeyne.


Nuestro agradecimiento a Miguel Baquero por la información facilitada y las fotos de la previa a la Monográficda, así como a Tony Solano Montero, Antonio Cerrada Villarreal, Manolo Moguer Ojeda y a Estefanía Moguer Bernal por el reportaje fotográfico que nos han ofrecido...

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero

Foto de Miguel Baquero



































Hacienda de Ibarburo, abandonada a su suerte...


HACIENDA DE IBARBURU
Hacienda de Ibarburu, también se la ha denominado San Miguel de Miravalle; Hacienda de San Lorenzo de Miravalle.
Presentamos un amplio reportaje fotográfico en el que se muestra la realidad en la que se encuentra la Hacienda Ibarburu, después de unos meses desde que se “levantó la liebre” de su estado de abandono y el expolio a la que viene siendo sometida desde hace más de una década.
Dejamos constancia de documentos escritos por diferentes medios de información, publicados en 2006, 2013, 2017 y 2018, y de la información que el Instituto de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía tiene publicada en su web y en los que ya se alertaba del abandono de la Hacienda…








Nos ponemos en situación…
Hacienda Ibarburu, situada en el km 558 de la N-IV en su intersección con la AP-4, en el término municipal de Dos Hermanas. La hacienda es levantada, tal como la conocemos en la actualidad, en torno al año 1748, si bien sus orígenes se remontan al siglo XVII. La hacienda debe su nombre a la familia de Ibarburu, comerciantes vascos de larga tradición que en el siglo XVII inician sus negocios de exportación de vinos, aceites y aguardientes a las Indias Occidentales. Esta familia adquiere la hacienda en 1702 denominándola Hacienda de San Lorenzo de Miravalles, aunque por su sobrenombre, Ibarburu, es por el que se la conoce popularmente; siendo adquirida en 1903 por la familia Pickman. “Conserva, a pesar de su abandono, importantes elementos antiguos como el patio central, la casa noble  de dos plantas con arcadas que daban al antiguo jardín. También pueden apreciarse los restos de la capilla totalmente abandonada y que en días no muy lejanos albergó auténticas obras de arte. La nave del lagar también se mantiene en estado primitivo y en la Almazara aún se conserva la torre contrapeso para dos vigas, las naves, el almacén de las tinajas y la prensa completa con el husillo y las demás piezas que componen el conjunto. Adosada a estas naves están la nave del molino y lo que queda de  la gañanía”. En el año 2002 fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento Histórico Artístico. Documentación: Patrimonio Inmueble de Andalucía; Dos Hermanas cuenta; hemeroteca ABC de Sevilla, 13/01/2006.


















































































Patrimonio Inmueble de Andalucía
Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
Consejería de Cultura.




Foto de María Luisa Melero, 1997


Descripción
“La Hacienda Ibarburu se encuentra situada en las inmediaciones del casco urbano de la localidad nazarena, en un pago homónimo y rodeado de otras haciendas como la Bertendona o los Molinos del Maestre, de la cuales se sitúa equidistante. Su acceso se realiza desde la Carretera Nacional IV de Madrid a Cádiz en el kilómetro 557, cerca del cruce de la carretera con la autopista Sevilla-Cádiz. Es un inmueble que presenta una tipología rural, configurada en torno a diferentes patios alrededor de los cuales se organizan dos zonas principales: la zona de labor y la de señorío.
El conjunto edilicio presenta un arquitectura muy horizontal, destacando volúmenes verticales como la torre de la viga, la torre-mirador, la espadaña de la portada principal y los tejados a dos aguas.
El patio de labor es un espacio de grandes proporciones que presenta un empedrado en toda su superficie. En el centro de este espacio abierto se encuentra una fuente circular con un pilar en el centro, realizada en ladrillo que, por su estructura, puede servir de abrevadero. Es el primer espacio abierto de distribución que presenta el inmueble en planta para su ordenación, al que asoman las dependencias destinadas a vivienda para los caseros, caballerizas, naves para el ganado, gañanías y cocheras.
Las caballerizas, de planta rectangular, están cubiertas por una techumbre de vigas de madera sostenida por columnas de mármol con capiteles de pencas, y en ellas se distribuyen las diferentes cuadras, en las que destacan los pesebres.
La nave para el ganado estabulado y cosechas ocupa en planta la totalidad del flanco Noroeste. Comunica con el patio de labor mediante varios vanos, de diferentes tipologías. Construida mediante la colocación de doble línea de pilares de sección cuadrada de aristas rematadas que sostienen una prolongada sucesión de catorce arcos de medio punto en los que resaltan la líneas de las impostas. Todo este espacio queda cubierto en la parte intermedia con una techumbre de madera a dos aguas y en las laterales con cubiertas del mismo material en colgadizo.
La zona de la hacienda destinada a señorío ocupa el flanco opuesto al patio de labor. Presenta en parte de su fachada una doble arquería de arcos rebajados sobre columnas de mármol, que conecta con la torre mirador que se encuentra situada en ángulo, que es de planta cuadrada y tiene en el segundo piso un balcón en cada uno de sus frentes. En la parte posterior de esta vivienda señorial se encuentra un patio ajardinado de planta cuadrada con una pequeña fuente octogonal en el centro. Éste se presenta acotado en dos de sus lados por un muro de cerramiento, permitiendo la conexión con otro de los patios dedicado a las funciones agrícolas en la parte trasera del inmueble, al que asoma un doble pórtico de arcos de medio punto sobre pilares de sección cuadrangular.
Al exterior, la fachada principal, de gran desarrollo horizontal, se encuentra dividida por la presencia de la portada principal, único elemento vertical del conjunto, la cual se divide en dos cuerpos: El inferior, formado por un vano de medio punto enmarcado entre dos pilastras de orden toscano que sostienen el entablamento decorado con figuras geométricas; y el superior, formado por una espadaña, con campana y el nombre de la hacienda, rematada por un frontón triangular. En ambos se establece un criterio de alternancia cromática que resalta sus elementos y realza la composición. Esta portada contrasta con el resto de la construcción ya que en ella se conjugan soluciones típicas de edificios urbanos, encontrándose insertada en un edificio con destino agrícola en un medo rural.
El resto de las fachadas del inmueble son de carácter mucho más funcional, de ahí el reparto desordenado de los vanos que responden a la distribución interna del inmueble. La fachada Noroeste presenta en todo su recorrido un sistema de contrafuertes, resaltados en color almagra, que contrastan con el encalado del resto del muro, del que sobresale una torre mirador, mientras que la fachada Suroeste presenta sólo un muro de cerramiento de mediana altura que ejerce de límite para el jardín doméstico y los corrales de la parte posterior.
En cuanto a los materiales y sistemas constructivos, la Hacienda Ibarburu presenta un esquema de construcción muy homogéneo en todas las partes del inmueble. La estructura portante se resuelve mediante muros de carga de fábrica de ladrillo, enfoscados y pintados. Sobre éstos se dispone la armadura de madera de soporte de la cubierta, que en las dependencias auxiliares se deja vista, con correas de madera y tablero del mismo material sobre el que se dispone la cubrición de teja cerámica curva. En las dependencias que presentan dos plantas, el forjado es también de viguetas de madera con tablero del mismo material, relleno y solería sobre éste. La peculiaridad más destacada de este edificio radica en el color almagra que se ha aplicado a la totalidad de sus muros, marcando un juego con la alternancia del blanco reservado para la línea de cornisas y los ribetes de los vanos.
Datos Históricos
La hacienda Ibarburu representa un caso de importancia tanto por la extensión de su planta como por los caracteres de singularidad que presenta. Resulta igualmente de máximo interés la viga de prensa que se conserva en buen estado.
Levantada en torno al año 1748, según mantiene Sancho Corbacho, y según un azulejo cerámico del patio, este inmueble responde completamente a un tipo arquitectónico que prolifera en un momento de gran esplendor de la economía rural, que motivó el desplazamiento de las clases acomodadas y la aristocracia desde las ciudades al ámbito rural. Por esta causa, las empresas arquitectónicas que promoverían en este nuevo medio trasladarían los esquemas arquitectónicos propios de la arquitectura palaciega, generalmente derivados de la arquitectura del siglo XVII y los motivos decorativos del barroco dieciochesco. Esta influencia ocuparía partes muy concretas dentro del conjunto de edificaciones que componen una hacienda, generalmente en portadas, miradores, y otros elementos como marcos de vanos, etc. En la zona dedicada a señorío, por su carácter de mayor nobleza, estos esquemas se presentan en su máxima expresión, siendo el lugar en el que los motivos decorativos inundan las fachadas e interiores con interés de resaltar la zona de habitación de las dedicadas a labores.
Los valores etnológicos que conserva este marco arquitectónico deben identificarse con la generalidad de la propia actividad, desarrollada tanto en este inmueble concreto como en tantos otros del mismo tipo y finalidad. Por otra parte, las peculiaridades históricas que valorarían particularmente este inmueble son de escasa relevancia debido a la falta de fuentes documentales que, como en la mayoría de estos monumentos, no se hacen patentes en los archivos de carácter histórico. En cierta medida, este hecho está motivado por el carácter espontáneo del desarrollo de la actividad constructiva en el momento de la fundación como inmueble de tal uso. Si bien, en la mayoría de los casos responden a trayectorias históricas de gran antigüedad conectando con raíces que presentan su origen en la Edad Media y, en ocasiones, desde la antigüedad.”



Nuria Pérez Campaña.
ABC de Sevilla.
13 de enero de 2006.

“Nuevos usos de ocio para la hacienda Ibarburu de dos Hermanas”
“El caserío, de la familia Pickman, será rehabilitado para prestar servicios de celebraciones u hostería mientras que el centro cultural La Almona verá ampliada sus salas de exposiciones y restaurado su torreón”
La hacienda Ibarburu de Dos Hermanas, declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico Artístico en 2002, será rehabilitada tras años de deterioro y advertencias de peligro de derrumbamiento.
Una modificación reciente del Plan General de Ordenación Urbana en los suelos del Sector Sur de la ciudad, permitirá a los propietarios de la hacienda, la familia Pickman, descendientes de los fundadores de la fábrica de cerámica «La Cartuja», revitalizar el caserío y su entorno.
Vecinos y entidades culturales han denunciado en varias ocasiones el estado deficiente de la edificación, del siglo XVIII, aunque desde la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía se advirtió ayer que «la obligación de salvaguardar la hacienda corresponde en todo momento a sus propietarios, y de otro lado, se pueden establecer convenios de subvenciones en el caso de que sus dueños no puedan, pero no hemos recibido ninguna petición al respecto».
De momento, el Ayuntamiento ha aprobado dar a la zona un uso terciario «pero algo ligero que no afecte al patrimonio cultural y sea rentable económicamente a sus herederos para que les permita acondicionarla», explicaron fuentes municipales que adelantaron la posibilidad de que el conjunto de edificaciones pueda acoger un salón de celebraciones o incluso «un pequeño hotel».
Y es que la hacienda de Ibarburu, situada en la Carretera Nacional IV km 558, antes llamada San Lorenzo de Miravalle, es un ejemplo arquitectónico destacado de las fincas de olivar del ámbito sevillano convertible, como el resto de las haciendas nazarenas (Montelirio, Los Molinos o Torre de Doña María), en un lugar privilegiado de celebración. Una lápida fecha el caserío en 1748, en su actual aspecto, con un patio, un mirador y seis arcos de la casa señorial, así como una reja de la cárcel del Pópulo, azulejos y piezas arqueológicas, y un reloj de sol de piedra fechado en 1701.
Otro de los proyectos inmediatos subrayados por la Delegación de Cultura es la ampliación del centro cultural La Almona, que verá aumentada con tres plantas, su superficie en 1.500 metros cuadrados para complementar las dos naves actuales. Se acoplarán, además de tres nuevas salas -de servicios, salón de actos y exposición ligera-, las oficinas de la delegación que se trasladarán desde Huerta Palacios.
Restauración de la torre
El plan, ideado por los arquitectos Ignacio Crespo y José María Boza, y presupuestado en tres millones de euros a fijar en 2007, contempla también la restauración de la torre contrapeso del edificio. Román dijo confiar al respecto, en la participación del delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, con el que mantuvo ayer «una reunión de trabajo» para sacar adelante proyectos como el Museo del Olivo en la Hacienda de Quintos, que costará unos cinco millones de euros y cuyo objetivo pasa por incorporarse a la Red de Museos de Andalucía.
Asimismo, Román señaló que se pondrá en marcha, de aquí a al mes de junio, la Escuela de Artes Escénicas de Flamenco en el centro educativo Torre de los Herberos, en la zona sur del municipio, planificada para el pasado año y que ahora ve la luz a través de un convenio con la Peña Juan Talega, responsable del equipo.



La Hacienda roja
Dos Hermanas cuenta.
Publicado en junio de 2013

“Apenas salimos de Dos Hermanas en dirección hacia Los Palacios por la nacional IV podemos contemplar, a la derecha,  la imponente silueta de la Hacienda de Ibarburu con sus anchos muros pintados de almagra que la distinguen de las otras por su cálido color.
Cuentan que sus orígenes se remontan al siglo XVII, cuando pertenecía a la heredad de la Serrezuela.
Datos sobre Ibarburu y sobre otras haciendas de interés en nuestra localidad pueden encontrarse en el libro: “Las haciendas de Olivar de Dos Hermanas” de Mª Cruz Aguilar, Mecedes Gamero y María Parias (disponible en la Biblioteca Pública Municipal)
Gracias a esta importante labor de investigación aportamos los siguientes datos:
La hacienda debe su nombre a la familia de Ibarburu, comerciantes vascos de larga tradición que en el siglo XVII inician sus negocios de exportación de vinos, aceites y aguardientes a las Indias Occidentales. Esta familia adquiere la hacienda en 1702 denominándola Hacienda de San Lorenzo de Miravalles, si bien su sobrenombre, Ibarburu, es el que ha predominado popularmente hasta nuestros días.
Según el Catastro de Ensenada del SXVIII en el interior de la finca existían varias viviendas, un molino de aceite, almacenes, bodega con viga y lagar y caldera de arrope.
En 1903 la hacienda es comprada por Guillermo Pickman y Pickman.
Los Pickman eran comerciantes ingleses asentados en Andalucía desde la época de la guerra de la Independencia, se dedicaron principalmente a la loza y el cristal invirtiendo parte de su fortuna en la compra de fincas agrícolas.
Ibarburu es una de las haciendas más interesantes de Dos Hermanas, conserva- a pesar de su abandono- importantes elementos antiguos como el patio central, la casa noble  de dos plantas con arcadas que daban al antiguo jardín. También pueden apreciarse los restos de la capilla totalmente abandonada y que en días no muy lejanos albergó auténticas obras de arte.
La nave del lagar también se mantiene en estado primitivo y en la Almazara aún se conserva la torre contrapeso para dos vigas, las naves, el almacén de las tinajas y la prensa completa con el husillo y las demás piezas que componen el conjunto. Adosada a estas naves están la nave del molino y lo que queda de  la gañanía.”



“La Hacienda de Ibarburu olvidada, muere poco a poco”
POSTED BY: @CADENA_DH 29 AGOSTO, 2017
“La Hacienda de Ibarburu, edificio del S. XVII se encuentra en un estado deplorable, la familia casera ha sido despedida y no tiene a donde ir, conviven con una plaga de ratas.”

Agosto de 2017. Foto de  Cadena HD



“En el año 2004 IU ya denunció el “deterioro progresivo” que estaba sufriendo la Hacienda, presentando una moción en este sentido en pleno municipal y que fue aprobada por todos los grupos, incluso Francisco Toscano llegó a asegurar que “parece oportuno, que si es posible se lleve a cabo la expropiación” El equipo de Gobierno encargó un informe de la situación de la Hacienda “servicios técnicos y jurídicos trabajaban en el tema”. En el mismo año, el estudio realizado por el Ayuntamiento aseguraba que la Hacienda se encontraba en “muy mal estado”. Una vez conocido los detalles, el concejal de la época, Jose Manuel Carrión aseguró que “lo más probable es que se obligue a los propietarios a acometer obras de reparación”.”
“En 2006 se anunciaba que la Hacienda sería rehabilitada y se realizarían servicios de restauración o celebraciones, nada más se supo. Hoy día la situación es mucho más grave y nadie parece dispuesto a parar la destrucción de una joya olvidada.”
“El matrimonio que se encargaba de cuidar la Hacienda, ha sido despedido por la empresa propietaria, quedando en una situación más que precaria, llegando a estar sin luz y encontrándose sin agua, además de convivir con una plaga de ratas. Personas individuales se han acercado al lugar para llevarles comida y agua. El próximo sábado a las 11 de la mañana el Ateneo Andaluz organizará una visita a la Hacienda para quien quiera conocer de primera mano, en el estado que se encuentra.”



María José Guzmán
Diario de Sevilla
13 de enero de 2018

“Un BIC expoliado y destruido”
“La falta de vigilancia ha facilitado gravísimas destrucciones en la Hacienda Ibarburu, una joya de la arquitectura rural del siglo XVIII situada en Dos Hermanas y en peligro desde hace décadas”
“La Hacienda, situada entre Dos Hermanas y Los Palacios, a pie de la N-IV, es uno de los ejemplos arquitectónicos más destacados de las fincas de olivar del ámbito sevillano. Data del siglo XVIII y ha sido gravemente expoliada en las últimas semanas. Todavía hoy se pueden ver materiales apilados y listos para ser retirados. El principal destrozo que se observa está en la fachada mirador del señorío (residencia noble) que tuvo dos cuerpos con arcadas sobre columnas de mármol genovesas. Una doble logia que ha sido derribada por completo después de que los expoliadores hayan intentado arrancar, quizás con un vehículo de tracción, las columnas de mármol. Muchas de ellas han quedado partidas en el suelo.
Faltan otros elementos, como otras columnas que formaban un lavadero de tres naves, un retablo de azulejería trianera del siglo XVIII representando a San Lorenzo (patrón de la finca) o una reja con heráldica eclesiástica del siglo XVI, entre otros elementos decorativos de acarreo, traídos desde Sevilla por los Pickman desde principios de siglo.
Todavía se conservan algunos fragmentos de frescos en una capilla abandonada. Sobreviven las cuadras con columnas de mármol, la impresionante bodega-lagar y una de las dos almazaras que tuvo, de la que han intentado extraer, sin éxito, alguna de las tinajas enterradas en el suelo. Lo que sí permanece, de momento, es una prensa de viga del molino de aceite.”



Francisco Gil,
El Correo de Andalucía
28 de enero de 2018
“Un cartel advierte: Prohibido el paso. Propiedad privada, mientras una simple cadena trata de mantener cerrada una deteriorada puerta que apenas si se puede mantener en pie.”
“Debido al estado en el que se encuentra, la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía (Adepa) anunciaba el pasado martes, día 23 de enero, la presentación de una denuncia contra el Ayuntamiento de Dos Hermanas y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía por cuanto estas administraciones «conocían la situación de la hacienda desde el año 2004, realizando dejación de la función de conservación y promoción que le encomienda la Constitución y las leyes de Patrimonio».”
“Esta denuncia se suma a la ya realizada por un historiador y dos arquitectos ante la Policía Nacional, así como otra de la propia Delegación territorial de Cultura tras realizar recientemente una visita a la misma y comprobar el grave estado de deterioro que presenta.”



Retablo Cerámico.

CASA ÁGONZÁLEZ ÁLVAREZ-OSSORIO
“Aunque esta empresa familiar dedicó su actividad principalmente a la venta de materiales de construcción y saneamiento, tuvo una interesante faceta en lo referente a la cerámica artística decorativa y devocional, gracias a dos de sus miembros: Aníbal González y Álvarez-Ossorio, destacado arquitecto sevillano del periodo regionalista (finales del XIX y primer tercio del siglo XX) y su sobrino Cayetano González Gómez, directo colaborador suyo que ejecutó en aquel periodo muchos proyectos y diseños luego realizados en cerámica, aunque terminaría siendo artista polifacético que pasaría a la historia como uno de los grandes orfebres sevillanos del siglo XX.”
Algunas piezas de loza que se encuentran apiladas, parece ser que a punto de ser sustraídas, son de la casa González Álvarez-Ossorio.