Ana María Romero Yebra, 2º Premio Searus-1988


ANA MARÍA ROMERO YEBRA

Nota Biográfica

          Nace en Madrid el 23 de Octubre de 1945. Allí realiza estudios de Bachillerato, Dibujo y Pintura, Francés en la Escuela Oficial de Idiomas y Magisterio. Posteriormente inicia Filología.
          Desde 1981 reside en Almería. En esta ciudad estudia Cerámica en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño durante tres cursos (1982-1985).
          Ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas de Óleos y Cerámicas en distintos puntos de España.
          Ha sido ponente en Jornadas para el Fomento de la Literatura infantil, Encuentros de Literatura Infantil, Talleres de Poesía, Congresos, Jornadas Culturales, Encuentros de Autor, etc, publicado alguna de sus experiencias: La poesía como un juego en el Área de Lenguaje ICE de la Universidad de Zaragoza, 1985, El Rincón de la Poesía en la Literatura Infantil en el Primer Congreso del Libro Infantil de Ávila en 1993, Poesía desde la cuna Ministerio de Cultura 1986, Los 50 años de Canción tonta en el sur 2º Congreso del Libro infantil y juvenil de Cáceres 1998, etc.

          Colabora asiduamente con la prensa, la radio y la TV. Almeriense.
          Ejerce como maestra en “El Puche”, un barrio marginal de Almería.
          Desde Marzo de 1995 es Presidenta del Ateneo de Almería.
          Es premio de poesía provincia de Guadalajara, su poemario Mirando Escaparates, publicado por la Diputación Provincial de dicha provincia.

          Tiene obra incluida en numerosas antologías poéticas y publicados una veintena de libros de poemas, aparte sus libros infantiles.
         
         
Reseña biográfica tomada de la Antología 25 años de Poesía Searus, 2002



Obra: “APENAS UN CORPÚSCULO”
2º Premio, XI Certamen de Poesía Searus, 1988



APENAS UN CORPÚSCULO. Tan sólo
la levedad de un átomo de arcilla
anclándose en el fondo de mi forma.
Pero se crece ya. Se multiplica.
Llena la hondura el borboteo constante
del surtidor de células que acogen
el milagro profundo de la vida
en el cálido hueco.
Y la sangre circula
fuertemente impulsada por un aliento cósmico
que se aparece hacia adentro
en magnitud creciente
y se remonta y fluye en un brote gozoso
hasta encontrar su esencia.

Yo voy a modelarlo
durante largos meses en un alfar distinto
y llevará en la carne germinada
la huella de mis dedos
como una estela azul que le ilumine
hasta acabar su esbozo comenzado.

Me queda mucho tiempo
para hacerme alfarera de mi vientre…



LA PLENITUD DEL ALMA confirma la certeza
de que la nueva arcilla comienza su andadura
y todo gira en torno al corpúsculo leve
que ha iluminado el fondo tanto tiempo sombrío.

Poco a poco las noches se van volviendo insomnes.
Un aleteo de pájaro palpita en la garganta
y el hijo crece dentro, igual que las alondras
con el calor del nido dispuesto ocultamente.

Se renueva en rescoldos de viejas emociones,
va aclarando sus ojos buscando mi llamada,
inunda su sonrisa con veneros de sangre
y fluye en el arrullo del vientre que lo espera.



NO PUEDES VER EL MAR. Aún no conoces
sus azules inéditos
pero quizás a través de la barrera
de la membrana gris que nos separa
percibas su rumor, tenaz, constante
y su polifonía
te llegue amortiguada como eco
acunándote al son de las mareas
y llene tus sentidos con el ansia
de poder contemplarlo…

Quizá, al nacer, ya traigas el aroma
de espuma y de salitre de sus aguas
y esté tu cuerpo lleno de resoles
y sepas entender la voz distinta
de los veriles y las caracolas.
Quizá tengan tus ojos
el mismo azul cambiante que el mar tiene
de tanto presentirlo
y el aleteo fugaz de las gaviotas
será el limpio mensaje de ternura
que encontré en su fondo cada día…

Sé que amarás el mar como lo amo.

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