Varias
han sido las obras de remodelación y acondicionamiento acometidas a lo largo de
los años en el espacio abierto, con desniveles y forma de trapecio irregular colindante
al antiguo castillo-palacio del Atalayuela, llamado hasta finales del siglo XIX
como Plazuela del Castillo y denominado desde entonces Plaza de Miguel Murube.
Año1972.
Foto cedida a Searus por Antonio Villalobos Fernández
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Mediados de los años 70. Foto cedida a Searus por Manuel Visglerio |
Vista desde la Torre, 1952. Foto: Guía Comercial Los Palacios y Vfca. |
1998. Foto: Ayuntamiento Los Palacios y Vfca. |
2014. Foto: Searus. |
Años
70. Foto: Antonio Cruzado González
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El
primer intento serio, que tengamos conocimiento, de adecentamiento de la
explanada se llevó a cabo a mediados del siglo XIX por mediación de Francisco
Murube Álvarez, interviniendo también Miguel Murube en el trazado y ordenación
de la plazuela que años más tarde llevaría su nombre. La obra urbanística
consistió en el levantamiento de acerados en todo el perímetro de la plaza, con
ladrillos vistos de canto y horizontales, salvo en la acerera de la fachada de
la “casa grande” en la que se colocaron grandes lozas de color grisáceo. Las
irregularidades del terreno y desniveles en todo el espacio propició la
instalación de escalinatas para acceder a las aceras y casas. El centro del
ensanche quedó terrizo, sin la realización de ningún arreglo de consideración.
Presumiblemente, en éste momento nacieron los “poyetes” de los que hablaremos
más adelante.
La
más significativa de las obras de reorganización urbanística se llevaría a cabo
en 1970-71 cuando la plazoleta, como así la llaman los vecinos, de albero y tierra,
se fraccionó en dos espacios bien delimitados al asfaltarse la vía que la
dividía y atravesaba de forma diagonal. Se instalaron bancos de ladrillos
vistos en el trazado casi circular en la que se encuadró la zona interior de la
plaza, colocándose una fuente en el centro de la misma y abriendo su espacio a
las dos vías rectilíneas que la circundaron mediante escalinatas de ladrillos,
a distintas alturas. Se mantuvieron las grandes lozas grises que perduraban
desde el siglo XIX en la acera cercana a la “casa grande”, se adecentó los
bordillos y pavimentó con losetas cuadradas de cemento, las demás.
Momentos de la inauguración de la fuente de la Plaza de Miguel Murube.Año 1970-71. Foto cedida a Searus por Manolo Visglerio |
Momentos de la inauguración de la fuente de la Plaza de Miguel Murube.Año 1970-71. Foto cedida a Searus por Manolo Visglerio |
Año
1975. Foto: Roque
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Año 1972 a 75. Foto: Eloisa Rizo cedida a Searus |
Año 1973. Foto: Searus |
Una
cruz de hierro de grandes dimensiones elevada sobre una peana
de ladrillos vistos presidió la segunda de las zonas, la más pequeña, en la que
quedó dividida la plaza. La mencionada cruz de hierro fue obra de Antonio
Cruzado Masdeu, según datos aportados por Pedro Cruzado Mayo. En años
posteriores se acometieron nuevas obras de remozado, cambiando el estilo de los
materiales, predominando el granito y los cantos rodados, eliminando los
bancos, instalando una nueva fuente sobre la que se situó una estatua que pretendió
simbolizar a la mujer palaciega. No obstante, posteriores reorganizaciones
condujeron a cambiar de lugar el mencionado símbolo, modificándose nuevamente el
estilo y la forma de la fuente que adorna la zona central de la plaza. Según
los vecinos han existido en el lugar hasta cuatro fuentes distintas, contando
la actual.
Años
70. Foto: Pedro Cruzado Mayo cedida a Searus
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2014. Foto: Searus |
2014.
Foto: Searus
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Foto: guíalospalacios.es |
2012. Foto: Searus |
2014.
Foto: Searus
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El ensanche y lugar privilegiado a
través del cual se accedía a las mismas puertas del castillo-palacio del Atalayuela,
corazón y embrión de Los Palacios, se ha venido nombrando oficialmente o conociendo
popularmente, a lo largo del tiempo, con las siguientes denominaciones:
“Plazuela del Castillo”, “Plaza de Miguel Murube”, “Plazoleta” y desde que se
instaló en ella la estatua homenaje a la mujer palaciega, “Plaza de los
enamorados”.
La denominación oficial histórica más
antigua de la que tenemos conocimiento es la de “Plazuela del Castillo”, como
aparece en el padrón de 1774 de Los Palacios.
Padrón
de Los Palacios de 1774, "Archivo
Histórico Nacional. Secc. Nobleza".
Foto: Fernando Bejines Rodríguez cedida a Searus |
Antonio
Villalobos Barahona (Don Antonio el médico) compró la casa del Castillo en 1950
y estableció en ella su vivienda familiar y consulta de medicina hasta el año
1970. En las obras de remodelación que se acometieron en la vivienda antes de
ser habitada se halló en uno de los “soberaos” una loza con la inscripción de
“Plazuela del Castillo”. Deducimos que el azulejo original que luciría en la
fachada de la “casa grande” hasta el año 1898, aproximadamente, fecha en la que
se cambió de denominación la “Plazuela del Castillo” por el actual “Plaza de
Miguel Murube”, es el que se encontró y que con mimo cuida en un marco de
hierro cincado Antonio Villalobos Fernández, nieto de Antonio Villalobos
Barahona (Don Antonio el médico).
Loza
de estilo de cerámica trianera del s. XIX.
Foto: Antonio Villalobos Fernández cedida a Searus
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La
plaza fue rotulada con el nombre de “Plaza de Miguel Murube” en honor al
diputado de las cortes Españolas Miguel Murube y Galán, nacido en Los Palacios
y Villafranca el 8 de mayo de 1836 y fallecido en Madrid en 1898. Miguel Murube
estudió Ingeniería de caminos, canales y puertos. Colaboró en proyectos para
mejorar las infraestructuras del pueblo: la plaza de abastos, el acerado de
algunas calles, la Iglesia Santa María la Blanca e incluso participó en el
primero de los arreglos serios de los que ha gozado la plaza a lo largo de los
siglos. Así, en el detalle de un plano urbano de Los Palacios de 1905 ya se
nombra la Plazuela del Castillo con el nombre de Plaza de Miguel Murube.
Detalle
de plano urbano de Los Palacios y Villafranca, año 1905
"Instituto
de Estadística y Cartografía de Andalucía”. Foto: Fernando Bejines Rodríguez
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A
la conocida por los vecinos como “Plazoleta” confluyen las calles Pedro Pérez
Fernández (calle arriba) por el oeste, el Callejón del Cerro al noreste, Pedro
I al noroeste y Alfonso XI en dirección sureste. Parte de la fachada del antiguo
castillo-palacio del Atalayuela lindaba con la plaza (al este), de ahí que
tradicionalmente también fuese denominada “Plazuela del Castillo”.
2009.
Foto: Searus
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2012. Foto: Carlosrs |
2014.
Foto: Searus
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2014. Foto: Searus |
En
la fachada de la segunda casa (nº 12), esquina con la calle Pedro Pérez
Fernández en la zona oeste de la plazoleta, siempre existió una cruz de hierro asida
a la pared. Algunos vecinos mayores comentan que durante los primeros días del “Movimiento” (La Guerra Civil) hubo quienes
quisieron quitarla, pero ante la negativa de los residentes de la “Plazuela” se
consiguió que permaneciese en su lugar. Nos ha comentado el dueño de la
referida vivienda que siempre conoció la cruz en el mismo sitio e incluso después
de realizar obra en la fachada de su residencia, volvió a colocarla en el mismo
lugar.
2014. Foto: Searus |
1975.
Foto: Archivo Cofrade
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Según
palabras escritas por Antonio Cruzado González, editadas en el libro “La
Hermandad de la Vera Cruz” de Villafranca de la Marisma: “durante la segunda mitad del siglo XVI y todo el s. XVII, proliferó la
buena costumbre de colocar hermosas cruces de hierro forjado en las fachadas de
las casas. Era una manera de testimoniar de forma clara e inequívoca las
convicciones religiosas y las devociones cruceras”. La moda proviene de la
celebración del Vía Crucis (principios del s. XVII) organizado por la Hermandad
de la Santa Vera Cruz y Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, de
Villafranca de la Marisma. Durante años se realizó “El Calvario”, un itinerario
con catorce paradas en las que se realizaban oraciones y actos de penitencia.
En cada estación o parada estaba plantada una cruz. El lugar de inicio del Vía
Crucis era la Capilla de Santa Lucía (desaparecida) y la última se encontraba
en la Capilla de San Sebastián.
Consideramos
que la cruz existente en la fachada de la casa nº 12 de la Plaza de Miguel
Murube puede ser la original y permanece allí, según los vecinos desde tiempo
inmemorial, como tradición y recuerdo, aunque no supiesen que es heredera de
los Vías Crucis celebrados en los siglos XVI y XVII.
2014.
Foto: Searus
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2014. Foto: Searus |
Otro de los elementos identificativos de la
Plaza de Miguel Murube son los “Poyetes”, muro elevado que separa de forma
abrupta la línea de la acera de dos casas vecinas (contiguas pero a distinta
altura). El muro (poyete) que delimita las dos casas contiguas probablemente
data de la primera remodelación realizada en el lugar a mediados del siglo XIX.
La tradición oral indica que en los años 60 y 70 el referido “poyete” fue un lugar
de atracción y juego de los jóvenes que rondaban la plaza, que por aquellos
años era de arena. El juego consistía en subir y escalar el muro con la fuerza
de los brazos, para posteriormente realizar un salto hacia abajo
2014. Foto: Searus
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M. Sánchez Martín. Asociación
Cultural Searus, marzo de 2015.
BIBLIOGRAFÍA.
1.-La Hermandad de la
Vera Cruz de Villafranca de la Marisma. Antonio Cruzado González.
2.-Evolución Histórica
de Los Palacios y Villafranca (Tomo II). Antonio Cruzado González.
3.-Callejero Histórico
de Los Palacios y Villafranca. Antonio Cruzado González.
3.-Documentación y
fotos de Antonio Villalobos Fernández.
4.-
Padrón
de Los Palacios de 1774, "Archivo
Histórico Nacional. Secc. Nobleza".
Foto:
Fernando Bejines Rodríguez.
5.-
Detalle
de plano urbano de Los Palacios y Villafranca, año 1905. "Instituto de
Estadística y Cartografía de Andalucía”. Foto: Fernando Bejines Rodríguez
6.-Notas y foto de
Pedro Cruzado Mayo.
7.-Notas de Juan Manuel
Parrales Elías.
8.-Foto de Eloisa Rizo.
9.-Foto:
Guía comercial Los Palacios y Villafranca 2002-03, Positiva Publicity.
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