Caracoles en Los Palacios y Villafranca

Los caracoles comienzan a consumirse desde mediados de abril, ya que antes pueden llegar a amargar. En la actualidad, por estas fechas, no falta la oferta de caracoles en la mayoría de bares del pueblo, siendo una tapa muy apreciada y solicitada.
Atrás quedaron los años 70 y el estigma que supuso para Los Palacios y Villafranca la palabra caracoles. A mediados de dicha década el pueblo estuvo en boca de todo el país debido a las informaciones que se difundieron en un programa de Televisión Española. En el reportaje de la cadena de televisión se hacía referencia al hambre y pobreza que sufría la población palaciega, poniendo como ejemplo la alimentación diaria de sus vecinos a base de caracoles y sopones con su caldo.

Caracoles al sol. Foto: José Fernández Bejarano

A continuación presentamos la receta tradicional de “los caracoles” en Los Palacios y Villafranca; sencilla, aunque precisa dedicación y tiempo para su elaboración.

INGREDIENTES:
1 Kilos de caracoles.
Cebolla, cabeza de ajos, guindilla picante, especias para caracoles, sal, hierbabuena, chorreón de aceite de oliva.

Bolsas de caracoles.
Puesto de caracoles en la plaza de abastos

Especias para caracoles, sin triturar. Foto: Manufacturas Salomón

BUEN LAVADO:
Lavamos bien los caracoles con abundante agua y hay quien también usa un poco de sal gruesa. Los frotamos concienzudamente para que queden bien limpios. Los aclaramos y repetimos la acción hasta que veamos que casi no sueltan babas. La acción de limpiarlos y frotarlos habrá provocado que se introduzcan en la concha, por lo que los depositamos en una cacerola con un poco de hierbabuena y los dejamos un tiempo al sol para que salgan de sus conchas. Tapamos la cacerola aunque dejando un hueco, con la intención que no se escapen y que no se ahoguen.

Un buen lavado. Foto: José Fernández Bejarano
Dejamos al sol. Foto: José Fernández Bejarano


COCEMOS:
Cuando todos tengan la cabeza asomada los ponemos a fuego lento para que sigan fuera de la concha; cuando observamos que están todos fuera, en agua tibia, subimos el fuego al máximo y esperamos que comience el hervor, de esa forma conseguiremos que todos dos caracoles hayan quedado fuera y cocidos. Con un colador grande vamos quitando las babas (espumando). Una vez que empieza a hervir y está el caldo limpio de espuma apagamos el fuego y añadimos las especias directamente o las introducimos en una “muñequilla” (en una gasa ponemos las especias y atamos con una cuerdecilla), guindillas picante (a gusto), sal, hierbabuena y cebolla.
Foto: Mari Nieves López Falcón

Espumamos. Foto: Ana Isabel (Tasca el Albur)

Una vez que todos los ingredientes se han suministrado, cubrimos con agua y a fuego medio dejamos que hierva durante unos veinte minutos. Apartamos y listo para degustar.

Caracoles listos. Foto: Ana Isabel (Tasca el Albur)
Caracoles listos. Foto: Juan Jesús Jiménez


PRESENTACIÓN:

Los caracoles se pueden tomar solos, aunque su caldo está exquisito tanto bebido como mezclado con sopones de pan. En los bares se suelen presentar en el interior de un vaso de cristal, también se envasan en recipientes de plástico para llevar a casa. Nuestro amigo José Fernández Bejarano los prepara para congelarlos y así disponer de ellos en cualquier momento.

Foto: Ana Isabel (Tasca el Albur)
Caracoles y caldo. Foto: Ana Isabel (Tasca el Albur)

Para llevar. Foto: Ana Isabel (Tasca el Albur)
Preparados para congelar. Foto: José Fenández Bejarano
Sopones con caldo de caracoles. Foto: Juan Jesús Jiménez

Asociación Cultural Searus, con la colaboración de Margarita Kronos, Juan Jesús Jiménez, Ana Isabel (Tasca el Albur) y José Fernández Bejarano.

2 comentarios:

  1. Holaaa...un amigo de vuestro país me señalo que en su región los dejan un par de días con un poco de harina o pan rallado, creo que para que limpien los intestinos....se puede hacer asi también?

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    1. Saludos Cecilia. Si, hay quienes hacen eso que comentas. Pero si se lavan concienzudamente, como indicamos en la receta, no hace fata. Cuando los caracoles se han comprado en una gran cantidad y no se elaboran rápidamente, se les pone un poco de harina, para que no mueran. Eso provoca, como dices, que los intestinos se limpien de la comida vegetal que han ingerido en el campo. Gracias por seguirnos.

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