Capítulo-13: "Historia y recuerdos de The Barking, grupo pop rock de Los Palacios y Villafranca"

Acabando el verano de 1972 Manolo Nieto, dueño del Desembarco, propone a The Barking la venta de una furgoneta que usaba el restaurante para intendencia; cerrándose el trato con un acuerdo ventajoso para ambas partes. Con un vehículo propio el grupo dispuso de mayor independencia, además de conseguir disminuir gastos en desplazamientos al ahorrarse los alquileres de coche y chófer. Guillermo era el encargado de la conducción, porque aunque Joselín también disponía de carnet de conducir apenas solía ponerse al volante.

The Barking y Los del Río en el Cine Las Vegas de Los Palacios y Vilaflranca. Foto: Manuel Rueda.

El grupo siguió actuando, hasta llegado el otoño, en las fiestas patronales de diversas localidades como en Santiponce,  Alcalá del Valle, o en lugares que por el excelente cartel dejado en años anteriores, caso de Bienvenida, Mérida, etc., eran nuevamente contratados.

Sobre el 16 de agosto, en la feria de Alcalá del Valle (Cádiz) celebrada en honor a su Patrón y denominada Feria de San Roque, The Barking actuó los cuatro días de fiestas. El grupo palaciego recuerda con cariño y miedo el incidente que se produjo el último día y a última hora de las fiestas. Era tradicional en Alcalá del Valle finalizar la feria con el denominado toro de fuego, carrito con cohetes de fuegos artificiales que los lanza en todas direcciones. Antonio, Guillermo y Manuel se vieron sorprendidos cuando uno de los cohetes impactó en los cristales de la ventana desde donde observaban el espectáculo. Los cristales se hicieron añicos, aunque afortunadamente sólo se quedó en un susto.

Alcalá del Valle (Cádiz). Foto: El Pantera

The Barking en la feria de Santiponce. Foto: Manuel Rueda.

La Oficina Internacional de Espectáculos “TEO”, en septiembre, gestionó el contrato de The Barking en una sala de fiestas de Mérida, lugar que no había actuado nunca el conjunto palaciego. Dado el estado de las carreteras en aquellos años, estrechas, curvas, etc. el grupo salió del pueblo a las doce del mediodía, llegando a la capital emeritense al oscurecer. Al presentarse en el local se lo encontraron cerrado y en obras. Unos vecinos facilitaron a los palaciegos la dirección del dueño de la discoteca y sobre las diez de la noche localizaron al empresario en su casa. El espectáculo había sido suspendido y el contrato anulado, habiéndose llegado a un acuerdo con el ayudante de Rafael Mateo Ruiz (TEO), indemnizando el propietario del local a la empresa de contratación con 500 pesetas. The Barking, ajeno a tal circunstancia, después de muchos kilómetros recorridos, regresaba a Los Palacios y Villafranca sin actuar y sin cobrar.

Camino de vuelta encontraron los bares cerrados en todos los pueblos por los que pasaron. Decidieron echar pie a tierra de la furgoneta y acercarse a unas higueras que vieron en el camino. Con los mecheros intentaron alumbrarse, en la oscura noche de septiembre, buscando en el suelo y entre el ramaje de las gigantescas higueras del camino algún fruto con el que saciar el hambre, pero la búsqueda resultaría infructuosa. En Fuente de Cantos encontraron abierto un bar y haciendo “prorrateo” los componentes del grupo y allegados que asiduamente los acompañaban, caso del utreraro “Pedrín”, compraron bocadillos de tortilla. Después de casi veinticuatro horas de asfalto, amaneciendo llegaron al Pueblo.
Fuente de Cantos. Foto: Maribel

Noches y días en carretera proporcionan muchos argumentos, historias y anécdotas vividas. Una de ellas ocurrió de regreso a Los Palacios después de actuar en la localidad de Bienvenida. Entrada la madrugada, de regreso, conducía la furgoneta Guillermo y Manuel Rueda ejercía de copiloto. Manuel Rueda, a la altura de Fuente de Cantos, percatándose que Guillermo “Distinguido” había girado dirección Mérida, pregunta que a dónde iban… Unos kilómetros adelante verían un cartel en la carretera indicando dirección Mérida. Sin mediar palabra, dieron media vuelta y tomaron la dirección correcta, porque de noche todos “los gatos son pardos".

Cruce de carreteras. 

En otoño de 1972 el representante de la empresa “Circuito Saavedra”  contrató al grupo palaciego para realizar una gira por diversos teatros de Andalucía, compartiendo cartel con “Los del Río” y “Los amigos de Gines”. Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones, “Los del Río”, ensayaron junto a The Barking en Los Palacios y Villafranca, dos días por semana, antes de comenzar las actuaciones nocturnas en pueblos de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Huelva y Badajoz.

The Barking y Los del Río en el Cine Las Vegas de Los Palacios y Villafranca. Foto: Manuel Rueda.

Cartel de “Circuito Saavedra”, con la participación de The Barking,
Los Del Río y Los Amigos de Gines. Foto: Manuel Rueda.

Antonio Romero y Rafael Ruiz se mostraron siempre como personas de genio alegre, talante abierto, bromistas y traviesos… The Barking intervenían abriendo y cerrando las actuaciones del programa de conciertos programado por “Circuito Saavedra”. En cierta función realizada en Morón de la Frontera, “Los del Río” gastaron una broma al conjunto del Pueblo, amontonando sillas, mesas y demás objetos en las escaleras que conducían a los camerinos del grupo, retrasando de esa manera a The Barking que debía cambiarse de trajes antes de desmontar los equipos y subirlos a la furgoneta. Para acceder a los vestuarios tuvieron que echar una “peoná” desmontando la barricada, mientras que los dos amigos del Dúo de Dos Hermanas se tronchaban de la risa. Aunque donde las dan las toman pensó Manuel Rueda y pocos días después, en el Teatro de Osuna, les pagó con la misma moneda.

Manuel observó que al lado de la cerradura de la puerta del camerino que usaban Los del Río había un agujero a través del cual se podía acceder, con tino y cuidado, al cerrojo interior. Aprovechando que todos se encontraban en el ambigú del teatro, desde el exterior del camerino del Dúo y con la ayuda de un bolígrafo, Manuel, accionó el cerrojo y consiguió atrancar la puerta. Antonio y Rafael cuando llegaron a su camerino vieron que la puerta estaba cerrada desde dentro y pensaron que alguien se había encerrado en el interior y no quería abrir. Con tanta insistencia e ímpetu golpearon la puerta que el cerrojo acabó cediendo y comprobándose que no había nadie dentro. Con las carcajadas de Manuel Rueda vinieron las exclamaciones y preguntas de Los del Río, que no se explicaban la forma en la que el palaciego había conseguido cerrar el camerino desde fuera.

The Barking en el cine Goya de Sevilla junto con Los del Río
y Los Amigos de Gines. Noviembre de 1972. Foto: Manuel Rueda.

Una noche, acabada la actuación de la “Turné” en un Cine de Almonte, el dueño de un bar del pueblo, amigo del grupo “Amigos de Gines”, invitó de una manera particular a todos los componentes del espectáculo. En su establecimiento puso sobre la barra un jamón, unas piezas de pan y un cuchillo, indicando que cada uno se sirviese, cortando jamón y llenándose el vaso de cerveza. Cuando se acabó el jamón el propietario del local puso otro y otro encima de la barra, así hasta que los más de veinte invitados ya saciados pusieron rumbo a sus pueblos, al amanecer. Aún recuerdan los amigos de The Barking que “Los del Río” se llevaron, como recuerdo, sendos huesos de jamón para aprovecharlos en el puchero.

The Barking y Los Del Río en la Fiesta Positrón II, noviembre de 1972.
 Fiesta organizada por la facultad de Ciencias de Sevilla.
Elección de  “Mis facultad”, etc. Foto: Manuel Rueda.

Durante las fiestas navideñas el grupo The Barking finalizó el año 1972 (Noche Vieja), comenzó 1973 (Año Nuevo) y continuó el día de Reyes (6 de enero) actuando en el Casino Cultural de Estepa, organizador de las denominadas “Grandes Fiestas de Navidad” de su localidad.

Fiestas de Navidad en Estepa, 1972-73. Foto: Manuel Rueda.

The Barking en las fiestas navideñas de Estepa. Foto: Manuel Rueda.


Fotos, documentación, asesoramiento y recuerdos de Manuel Rueda.

M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus, enero de 2016.

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