Olas de plástico
sobre un mar de tierra roja: plantación de sandías injertadas en calabazas
resistentes al hongo Fusarium (causante de la enfermedad denominada “marchitamiento”).
La referida plantación se encuentra situada a unos 12 kilómetros de Los
Palacios y Villafranca, junto al cortijo de “Meñaca”. En Los Palacios y Villafranca,
los agricultores, no siembran sandías dos veces en la misma tierra hasta
pasados de 12 a 40 años y eso hace que las tierras vírgenes para “los sandiales”
escaseen. La solución de los injertos se nos antojan una excelente propuesta
para evitar la rotación de tierras y las enfermedades por hongos, aunque tiene
sus inconvenientes (la sandía ya no es lo que era, digan lo que digan los
expertos).
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Plantación de sandías cerca del cortijo de
Mañaca. Foto Searus.
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La producción de plantas injertadas se inició en
Japón y Corea a fines de los años 20 con sandía injertada sobre patrón de
calabaza. Desde entonces, la superficie de hortalizas que utiliza plantas
injertadas se ha incrementado considerablemente. En la actualidad, Japón y
Corea son los principales países productores de plantas injertadas, con 750 y
540 millones de plantas al año, respectivamente, seguidos por España, con 154
millones, siendo sandía y tomate los principales cultivos que se injertan.
El principal objetivo de las plantas injertadas ha
sido lograr el control de enfermedades provocadas por organismos del suelo,
tales como los hongos Fusarium sp., Verticillium sp. y Pyrenochaeta sp.,
haciendo uso de patrones tolerantes a dichos patógenos. Con esta técnica se
aprovecha la tolerancia del sistema radical del patrón y los caracteres
productivos favorables de una variedad susceptible. Aunque el vigor de la
planta injertada es intermedio entre el del patrón y la variedad, la influencia
del primero es mayor, lo permite utilizar un menor número de plantas por unidad
de superficie.
Los hongos Fusarium viven en el suelo y atacan las
plantas en todas las etapas de crecimiento. Se trata de hongos del suelo que
pueden actuar como parásito, al desarrollarse sobre plantas vivas, y como
saprófito, pues sobreviven sobre restos de cultivos y materia orgánica en
descomposición. Produce estructuras resistentes que se mantienen en el terreno
durante muchos años. Puede afectar también a las semillas, lo que supone una
vía de transmisión junto con el suelo y el agua de riego. Si los agricultores
continuamente siembran las sandías en el mismo suelo, se tendrá un problema
llamado marchitamiento por Fusarium. Hasta ahora, los productores de sandía,
para manejar el suelo infestado con Fusarium, lo que hacían es rotar las
cosechas en los campos, por lo que no se sembraban sandías en el mimo terreno
hasta pasados de doce a cuarenta años, nos comentan. Pero ese procedimiento se
antoja difícil de mantener debido a los escasos recursos de tierras de los que
se dispone.
Científicos han evaluado que los niveles de azúcar y
licopeno en las sandías injertadas no se reduce. El licopeno proporciona el
color rojo a las sandias, siendo un
poderoso antioxidante que podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades
relacionadas con la edad. Las ventajas son muchas para el agricultor: menor
número de matas por plantación, menos enfermedades, fruta más firme, etc.
Las sandías se injertan mediante semillas: brotes
muy pequeños. Si bien la mayoría de los métodos de injerto suelen ser bastante
dificultosos, ya que requieren del control de luz y humedad una vez que el
injerto esté completo, el injerto por aproximación es mucho menos pesado.
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Sandía injertada en fase de semillero. Foto Infogagro. |
Injerto de púa en hendidura:
En primer
lugar se elimina completamente el brote situado sobe los cotiledones. Después se
hace una incisión, de un centímetros, en vertical en el tallo. Rápidamente se
corta desde la base una sandía para preparar la “pua”. Por los dos lados se
afila el tallo para que dejar en “carne viva” al cambium (en las paredes del tallo
en ambas plantas se encuentra el cambium). Los dos cambiums deben conectar,
quedar perfectamente unidos, para crear los nuevos vasos vasculares que desde
el patrón alimenten a la variedad (sandía). Por eso debemos hacer coincidir una
de las paredes del tallo de la sandía con una de la calabaza. Al final ponemos
una pinza de injerto.
http://misblogs.org/2012/04/12-de-la-semilla-a-la-semilla-injerto-melon-y-sandia-sobre-calabaza-gigante/
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Injerto de Púa. Foto Misblog.com |
Injerto por aproximación (descrito por Suzuki, 1972):
Se
siembre en bandeja la sandía, con sustrato suelto. Se mantiene en invernadero a 15-30º C. de
temperatura. A los 5-7 días, se siembra el patrón, también en bandeja de
siembra. Cuando en el patrón aparece la
primera hoja verdadera, se injerta. Se arranca con raíces la planta del patrón
y de la variedad. Se elimina el brote del patrón, dejando sólo los dos
cotiledones. Se hace una incisión en el patrón comenzando por debajo de los
cotiledones, hacia abajo, de 1-1,5 cm y hasta la mitad del tallo. Se elimina la
piel del tallo de la variedad en la zona de soldadura y se hace una incisión de
abajo a arriba, comenzando 2 cm por debajo de los cotiledones. Se ensambla
patrón e injerto y se sujeta con pinza o cinta. A los 10 días del injerto, se
corta el tallo de la variedad justo por debajo del injerto.
http://www4.cajamar.es/servagro/sta/publicaciones/sandia/publ9708_revision.htm
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Unión Patró-Variedad. Foto Infoagro. |
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Injerto de aproximación tras eliminar el hipocotilo por debajo del injerto y la porción superior del patrón. Foto de Infoagro. |
Me interesa ya tengo las instalaciones pero no encuentro los clips en México, baya que mal.
ResponderEliminarMuy conocido
ResponderEliminarQué precio tiene el plancton de sandía injertada en calabaza
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