El orden más antiguo de las hermandades del
Rocío
Sanlúcar de Barrameda era la primera
hermandad
JULIO MAYO
A inicios del siglo
XVIII, únicamente peregrinaban a la aldea cinco hermandades, al margen de la de
Almonte, aunque este dato no hemos podido contrastarlo documentalmente hasta
hace relativo poco tiempo. Han sido muy escasos los detalles que habían
trascendido sobre la romería durante los años del barroco, en los
que el gran fervor de la religiosidad popular consiguió alzar la fama milagrosa
de la Virgen del Rocío. Nunca habíamos tenido noticias del acuerdo que la
hermandad de Almonte fue capaz de consensuar, junto a las demás participantes, en
el propio santuario con el fin de evitar ciertos desórdenes e incorrecciones que
se registraban en la función y procesión de la Virgen. Ni tan siquiera se había
sospechado que las hermandades terminarían fijando el orden de preeminencia por
el que regir el turno de los relevos para coger las andas de la imagen,
realizar sus danzas y tirar los cohetes y fuegos de artificio. Lo sabemos hoy
gracias a una información realmente excepcional, cuyo contenido cambia la
historia de la romería que venía contándose hasta ahora. Se trata de la copia
de un acuerdo que se hallaba anotado, literalmente, en un pleito que mantuvo la
hermandad de Pilas contra la de Villamanrique, entre 1766 y 1767.
La Virgen del Rocío en procesión |
El 4 de junio de
1724, la de Almonte reunió en la ermita marismeña, en plenas vísperas de la
romería, a las hermandades de otros pueblos que acudían al Rocío. A la sesión
asistieron representantes del ayuntamiento almonteño, como patrono de la ermita,
más los hermanos mayores de cada hermandad. Al parecer, venían sucediéndose
continuadas ausencias de hermandades a la romería, razón por la que, año tras
año, estaba modificándose el orden del evento. Este documento inmortaliza el
puesto que ocupaba entonces cada hermandad. Después de la de Almonte, cogía el
paso de la Virgen en las puertas de la ermita la de Sanlúcar de Barrameda, y, a
continuación, Villamanrique, Pilas, la Palma del Condado y Moguer. Y a la
entrada, la primera que acogía la imagen era la última hasta que la de Sanlúcar
de Barrameda les entregaba el relevo a los almonteños. En aquel periodo
concreto del siglo XVIII, eran cinco las filiales que acudían. Constaba
asentado así en un libro de actas de la hermandad de Almonte, con más de 286
hojas, que hoy ya no existe desafortunadamente, con la relación de todos los
asistentes a aquella histórica reunión, y las firmas de quienes suscribieron el
documento, conformes con todo lo acordado.
Orden de las filiales
rocieras establecido en 1724
1. Sanlúcar de
Barrameda 2. Villamanrique
3. Pilas
4. La Palma 5. Moguer
Rocieras de Pilas, bailando |
Severa medida de
corrección
La hermandad de Almonte pretendió revestir de seriedad un acontecimiento
religioso en el que se daban cita los vecinos de pueblos de la comarca. La
falta de asistencia al acto de alguna que otra hermandad, de un modo reiterado,
obligó a los almonteños a tener que adoptar una medida poco flexible, como
autoridad máxima en la regencia de la romería. El desorden que ya existía en
ocasiones, lo pone de manifiesto el acuerdo al que hacemos referencia. Este
expresa que «algunos años suelen faltar en este Santuario algunas hermandades
de las recibidas». De modo conjunto, tanto Almonte como las demás hermandades pactaron
que «toda aquella hermandad que faltase uno o dos años, perdiese su antigüedad
y la tomase la que se seguía». Es decir, que ni la que faltase un año, sin una justificación
bien argumentada, mantendría su puesto. La que incumpliera, pasaría a ocupar el
último lugar del orden estipulado para participar en la función y procesión de
la imagen.
Pero a
pesar de la advertencia, hubo una hermandad que faltó luego a la romería algunas
veces más, desde el día en el que se estableció el acuerdo mancomunado. Nos
referimos a Sanlúcar de Barrameda. Por lo menos lo hizo hasta en dos ocasiones.
Concretamente, entre los años transcurridos desde 1725 a 1757, pues en las
Reglas editadas por la hermandad de Almonte, en 1758, figura en un lugar bastante
retrasado, después de haber sido destituida del puesto privilegiado que le
correspondía (la fecha de fundación era uno de los criterios esenciales para
establecer el número de orden dentro de la romería). De este modo, Sanlúcar de
Barrameda perdió el primer sitio en detrimento de Villamanrique, que pasó a
ocupar el primero. Por la información que nos brinda las reglas de 1758,
sabemos que Sanlúcar de Barrameda no pasó a ser la quinta, sino al sexto lugar,
entre las de Rota y El Puerto de Santa María, porque se habían incorporado
otras hermandades más.
1 7 2 4
|
1 7 5 8
|
1. Sanlúcar de Barrameda
2. Villamanrique
3. Pilas
4. La Palma
5.
Moguer
|
Sanlúcar de Barrameda perdió su
antigüedad
1. Villamanrique 5. Moguer
2. Pilas 6.
Sanlúcar de Barrameda
3. La Palma 7. Puerto
de Santa María
4. Rota
|
En
el año 1766, la hermandad del Rocío de Pilas consiguió que la autoridad
eclesiástica le aprobase sus reglas. Sabedora de que Sanlúcar de Barrameda había
perdido definitivamente su sitio, trató entonces de hacerse con él, al saber
que la hermandad de Villamanrique no se hallaba canónicamente constituida dentro
de la demarcación eclesiástica sevillana. Pertenecía a la jurisdicción de San
Marcos de León. Por este motivo, ambas hermandades sostuvieron un enfrentamiento
judicial, cuyos autos se conservan en el Archivo del Arzobispado de Sevilla.
Rituales de la procesión
Procesión en el siglo XIX |
Antes de la procesión, las
hermandades decían sus misas dentro de la ermita, de modo simultáneo, en los
cinco altares que hubo antaño. La devota imagen de Nuestra Señora del Rocío era
entregada por el capellán a miembros del ayuntamiento de Almonte, como patrono
del templo, y así se iniciaba la procesión. De manos de la corporación
municipal, el paso llegaba hasta la hermandad de Almonte, que la entregaba a la
primera hermandad. Al recibirla cada pueblo, sus cofrades rocieros efectuaban
unos bailes delante de la imagen. Acto seguido, lanzaban cohetes. ¿Hay algo más
rociero que un cohete? Al regreso de la Virgen, se realizaba todo este
protocolo de modo inverso. Tras la entrada de la imagen, se celebraba la
función solemne. Es muy probable que la flauta y el tamboril, tan unidos a la
fiesta hoy, formasen ya parte también del rico folclore que describen los
documentos. Y el atuendo suponemos que se asemejaría, en algunas prendas, al
ropaje que exhiben los romeros y romeras en los grabados de la romería del
siglo XIX, y las fotografías más antiguas que se conservan de esta fiesta. La
realidad de la fe rociera nos enseña también la historia de sus costumbres, el
arraigo del baile rociero en las arenas, al lado de un Simpecado, o frente a la
Virgen del Rocío, como antiquísimo rasgo identitario de esta riquísima
manifestación religiosa y cultural.
JULIO MAYO ES HISTORIADOR
Publicado en Abc –Pasión en Sevilla
el 20 de mayo de 2018
*http://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/orden-mas-antiguo-las-hermandades-del-rocio-129041-1526819195.html
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