Bandoleros, en el siglo XIX, de Villafranca de la Marisma y Los Palacios.

Ramón Fernández, nacido en Villafranca de la Marisma en 1773 y José Pérez, nacido en la villa de Los Palacios en 1792, bandoleros de Villafranca de la Marisma y Los Palacios. Fueron ejecutados, respectivamente, en 1815 y 1816 en la Plaza de San Francisco de Sevilla. Documentación: Asociación Cultural Searus, con la colaboración de Jesús Tonono.


Plaza S. Francisco. Foto: Charles Clifford, 1862.
Algunos de nuestros vecinos que habían luchado contra los franceses en la Guerra de la Independencia, una vez acabada ésta, siguieron en el campo y en el monte, ahora como bandidos, forajidos y bandoleros. Ello se veía favorecido por la situación de extrema pobreza que adornaba el campo andaluz y el de nuestros dos pueblos, en particular.  Después de cuatro años de guerra (1808-1812), cosechas devastadas por los invasores, apropiaciones, expolios de los depauperados y escuálidos patrimonios, impuestos del nuevo régimen, etc., sumió en la más profunda miseria a muchos campesinos y al pueblo en general, lo que propició la oleada de salteadores de caminos y del bandolerismo en nuestra zona.


Dibujo de Juan Tronkoso.
Libro: Pámpano, panoja y esquimo
Seguramente, Ramón Fernández fue uno de esos campesinos de los grupos de guerrilleros que lucharon contra los franceses y una vez finalizada la contienda se vio obligado, por las circunstancias a “echarse al monte”. Escribe Antonio Cruzado en el libro “Mosaico de Antigüedades”,  que: “el miércoles día 5 de julio de 1815 fue ahorcado en la Plaza de San Francisco, por providencia de los Señores de la Sala del Crimen de la Real Audiencia, Ramón Fernández, de edad de 42 años, natural de la villa de Villafranca de la Marisma, por haber hecho resistencia a la Justicia yendo de Ronda y disparando arma de fuego, de lo que resultó la muerte de Don Felipe de Castro, Alcalde de la Santa Hermandad, confiscándole al reo la mitad de sus bienes”.


Pero no fue el único paisano de nuestros dos pueblos que actuó como bandolero o contrabandista. José Pérez, nacido en 1792 en Los Palacios, fue capturado junto a cinco bandoleros de su partida en el pueblo de Aznalcóllar y ejecutado a “garrote vil” el día 20 de diciembre de 1816 en la plaza de San Francisco de la capital Hispalense. Recibió sepultura gracias a los Hermanos de la Caridad de Sevilla.

En el libro “El Bandolerismo Andaluz” de Constancio Bernaldo de Quirós. Editorial MAXTOR. Páginas 89 y 90, hemos localizado el siguiente apunte:

Plaza del Alamillo, Aznalcollar.

“20 de diciembre de 1816. Prendidos por los vecinos armados de Aznalcollar, que salieron en su persecución, son ejecutados en garrote vil Juan José Rodríguez, de El Puerto de Santa María, arriero, de treinta y tres años; Juan José Vizcaíno, de Las Carboneras, del campo, casado, de treinta y cuatro años; José Alós, natural de Mamuda, del Reino de Valencia, soltero, del campo, de veintiún años; José Pérez, de la villa de Los Palacios, soltero, contrabandista, de veinticuatro años, y Antonio Romero, de Utrera, del campo, de veinticinco años, todos ladrones en despoblado, disfrazados. Otro de la banda, Juan González, de Triana, picapedrero, casado, treinta y dos años, muere en la cárcel de Sevilla de resultas de las heridas sufridas en la pelea. El Antonio Romero contrae en la cárcel matrimonio “in articulo mortis” con la mujer con la que vivía amancebado”. 


EL BANDOLERISMO EN EL SIGLO XVIII Y XIX.

El bandolerismo surge principalmente entre los estratos sociales más desfavorecidos. Encontrándose el fenómeno rodeado por la pobreza, miseria o injusticias, que hacen que los miembros de estas clases más bajas se dediquen a dicha actividad. Lo normal es que el fenómeno aparezca en sociedades que se encuentran en crisis a través de guerras, epidemias o diversos conflictos sociales.
Foto: Senda Norte.

Los bandoleros no robaban en los caminos para dar el botín a los vecinos de los pueblos cercanos. No eran bandoleros justicieros, generosos o románticos al estilo de Robín Hood. Robaban porque solo encontraban en el asalto a las diligencias, a las ventas, a las ermitas o a los curas, la solución a sus problemas básicos de subsistencia. El apoyo del que gozaban en las comunidades rurales indica que muchos campesinos entendían lo que hacían, pues ellos atravesaban por los mismos problemas. Por supuesto, también hubo bandoleros profesionales, pero la mayoría -y esto suele olvidarse con frecuencia- eran hijos de la necesidad, o lo que es lo mismo, de la pobreza del campo.


SEMBLANZA DE ALGUNOS BANDOLEROS ANDALUCES.

LOS SIETE NIÑOS DE ECIJA.
Grabado de la época.
Fue en principio una banda que luchaba contra los franceses, mediante el sistema de combatate de la guerrilla. “A retaguardia de las tropas invasoras, iban atacando a los rezagados, se apoderaban de los víveres,… todo un “dolor de cabeza” para los franceses que ponían todo su empeño en atraparlos, pero cada vez que capturaban o mataban a alguno de sus integrantes, inmediatamente era cubierta su plaza por otro nuevo, daba igual el número de caldos de la partida, en una ocasión atraparon a casi todos, y al día siguiente lo pocos que quedaron más los que se les unieron, volvieron a ser siete.” ”Los siete niños de Écija, ni eran siete, ni eran niños, ni eran de Écija”.

Al cabo del tiempo pasaron al bandolerismo, posiblemente cuando los franceses abandonaron Andalucía.

Se tiene conocimiento de que cuatro de sus miembros eran de la localidad de Écija (“Mimos”, “Hornero”, José Gómez y Juan Escalera) y el resto de sus miembros de otros lugares. Su zona de actuación fue Écija, Carmona, Lora del Río, Marchena y Osuna, aunque también hicieron incursiones por la campiña cordobesa. Tras muchas correrías la Audiencia Real de Sevilla, el 1 de julio de 1817, pregona edicto de persecución contra los siete ellos. Es a partir de entonces cuando van cayendo uno a uno sus integrantes, siendo ahorcados, arrastrados y descuartizados, colocados sus restos en los caminos.

JOSÉ MARIA HINOJOSA “EL TEMPRENILLO”.

"El Trempreanillo", grabado de John Frederik Lewis
Esta popular copla se cantaba cuando "Fernando VII era el rey de las Españas y José María "el Tempranillo" el amo de Andalucía"…
"De Puente Genil a Lucena,
de Loja a Benamejí, las mocitas
de Sierra Morena se mueren de pena
llorando por ti"...

Nacido en Jauja, al sur de Córdoba, una aldea de Lucena a la orilla del Genil, el 21 de junio de 1805. Con él se produce una innovación en el mundo del bandolerismo, que fue de una gran actividad, intensa y violenta (asaltos, robos y asesinatos).  El tempranillo fue el más señorial y galante de todos ellos. Con la evolución del bandolerismo en la época romántica, desaparece la violencia. Procuraba siempre eludir los procedimientos violentos y evitar todo derramamiento de sangre de sus víctimas, implantando la costumbre del “tributo”, exigido al viajero de una forma casi cortés y ofreciéndole a cambio, su protección, la salvaguarda de su fuerza y de su influencia para preservarle de las asechanzas de los demás bandidos que pululaban por la tierra andaluza y que sólo al oír el nombre de “El Tempranillo” temblaban.

En sus comienzos formó parte de las partidas de Los Siete niños de Écija y de la de Miguelito Caparrota. Su actividad se desarrolló, principalmente, por Sierra Morena, Jaén, Granada y el camino de Málaga.

Cortijo Buenavista.
Fue indultado y nombrado por el Rey Fernando VII comandante del Escuadrón franco de Protección y Seguridad Pública de Andalucía, con sede en Córdoba. No todos estuvieron de acuerdo con aquel perdón y alguno juró venganza considerándole un traidor. José María, con su antigua cuadrilla, convertidos en Agentes del Rey, protegía ahora a las diligencias. Un año después, el 22 de septiembre de 1833, un bandolero sin historia ni leyenda, apodado el "Barberillo", hirió de muerte a José María en un enfrentamiento en el cortijo de Buenavista, en las inmediaciones de la sierra de la Camorra, junto a la población de Alameda. Moría la leyenda "viva", pero su recuerdo nunca pudo desaparecer.

Tumba del "Tempranillo", en Alameda.
Los restos mortales de José María "El Tempranillo" descansan en la Parroquia Purísima Concepción de Alameda. Una cruz preside la tumba, donde se lee y recuerda al visitante que: "Aquí reposan los restos mortales del Comandante José María Hinojosa Cobacho, Jefe del Escuadrón Franco y de Protección y de Seguridad de Andalucía, muerto en acto de servicio el 22 de septiembre de 1883". Alguien se encargaría de añadir "Aquí yace el Rey de Sierra Morena".

El popular y tristemente desaparecido cantautor andaluz Carlos Cano entonaba estas coplas:
!Qué maravilla, quinientos migueletes y no lo pillan.
Lo buscan por Lucena y está en Sevilla!
!Quién lo diría que un Rey manda en España!
!Quién lo diría, que en la sierra manda José María!

“Con El Tempranillo desaparece el prototipo del bandido generoso. Después de él nadie supo ni pudo imitar su estilo”.



DIEGO CORRIENTES.

Diego Corrientes Mateos
Diego Corrientes Mateos fue el primero y posiblemente el más expresivo de todos los bandoleros andaluces. Nacido en Utrera (Sevilla) el día 20 de agosto de 1757, comenzó sus andanzas en el año 1778, centrando su actividad en las provincias de Sevilla y Badajoz. Se dedicó preferentemente al robo de caballos y yeguas para, más tarde, venderlos en Portugal. La clave de su éxito se mantuvo, básicamente, en la habilidad para burlar a sus perseguidores. Decía a los más humildes que robaba a los ricos para después dar a ellos lo robado. De esta manera se ganaba su simpatía y así garantizaba el silencio y complicidad para no ser descubierto.

Debido a la popularidad que Diego iba alcanzando entre la población, el Regente de Sevilla, Don Francisco de Bruma y Ahumada, pone en el 1780 todos los medios disponibles para la captura del bandolero. Sobre la animadversión que tenía el Gobernador de Sevilla hacia el bandolero, se dice que tuvo su origen en el primer encuentro entre Diego Corrientes y Francisco de Bruna, cuando el primero atracó el carruaje en el que viajaba el funcionario en “La Torre”, cerca de Utrera. Probablemente fue la osadía del bandolero y la humillación sentida por el Gobernador cuando Diego, colocando su bota en la ventanilla del carruaje, obligó al Regente a atarle los cordones.

Cortijo donde apresaron a D. Corrientes. Foto: A. Bruguera.
Es de destacar las importantes sumas de dinero que se ofrecían por la entrega de Diego Corrientes (hasta doscientos mil ducados), un bandolero que no tenía delitos de sangre. Su partida fue apresada y él huyó a Portugal.  Diego fue perseguido sin piedad, siendo prendido en Cobillán (Badajoz) como consecuencia de un chivatazo, pero al poco tiempo fue dejado escapar por los guardias portugueses que lo retenían. Al fin es descubierto por una mujer en un cortijo de Olivenza (Portugal), a donde el Regente envió cien hombres y lo apresaron.


Plaza de San Francisco (Sevilla). Grabado de 1830 de Chapuy
Fue juzgado, arrastrado, ahorcado y descuartizado en Sevilla el 30 de marzo de 1781. La ejecución se llevó a cabo en la Plaza de San Francisco de Sevilla y tal como señalaba el ordenamiento judicial sus restos mortales (brazos y piernas) fueron colgados en ganchos y expuestos a modo de escarmiento en los caminos de mayor tránsito de la provincia de Sevilla, su cabeza encerrada en una jaula y exhibida en el mismo lugar donde obligó a Francisco de Pruna a abrocharle la bota. El tronco fue enterrado en la parroquia de San Roque de Sevilla el mismo día de su ajusticiamiento. Así acabaron las andanzas de Diego Corriente, un bandido sin delito de sangre. Su cabeza fue exhibida en una jaula en el mismo lugar donde obligó a Francisco de Bruna a abrocharle la bota.
Decía una cancioncilla popular…

“Diego Corrientes,
el rey de Andalucía,
que a los ricos robaba
y a los pobres socorría…”



RELACIÓNN DE BANDOLEROS FAMOSOS EN ANDALUCÍA

Nombre
Fecha y lugares de algunas actuaciones
Observaciones
Tipo
Diego Corrientes.
Hasta 1781. Desde Utrera a Portugal, por Badajoz y Olivenza.
Descuartizado en Sevilla el 10 de Marzo de 1781.
Cuatrero.
Cuadrilla del "Tenazas".
Hasta 1794. Sevilla, Mairena, Gandul.
Ahorcados y descuartizados el 25 de febrero de 1795.
Cuadrilla de "Los Berracos".
Hasta 1798. Sevilla, Écija
Pertenece a ella don Francisco de Huertas y Eslava, ejecutado el 12 de Noviembre de 1798
Asalto de viajeros y desvalijo de haciendas.
Los Siete Niños de Écija.
Hasta 1817. Desierto de la moncloa y toda Andalucía
En 1817 se publicó un edicto interesando su busca y captura. Se capturó a siete, pero ninguno figuraba en el edicto. Tres eran de Écija. Ahorcados en Sevilla y Écija en agosto-septiembre de 1817
Asalto a diligencias y viajeros.
Cuadrilla de Montellano.
Hasta 1819. Montellano, Morón, Algodonales, Écija, Osuna
El escribano de Montellano y los alcaldes aledaños prenden a 11. Diez ejecutados el 6 de Nayo de 1819
Chantaje.
Juan Caballero.
Hasta 1830-1831. Estepa y toda Andalucía
Modales exquisitos. Indultado por Fernando VII.
Asaltos y peaje.
José María "El Tempranillo".
1816?-1832. Toda Andalucía
Indultado. Comandante del Escuadrón de Protección y Seguridad Pública de Andalucía. Muerto, desempeñando este cargo, por un malhechor: José María el Barberillo.
Asaltos y peaje.
El Barquero de Cantillana. El famoso Curro Jiménez
Hasta 1849. Cantillana, Despeñaperros.
Abatido por disparos del teniente de la Guardia Civil Francisco del Castillo en noviembre de 1849
Se echó al monte al parecer por un crimen pasional
El Tuerto de Alájar.
Hasta 1846. Alájar
Mató a la primera víctima de la Guardia civil, el cabo de Caballeria Alfonso Jiménez Serrano.
Pacheco el Mayor.
1868. Córdoba, La Victoria.
Muerto de un disparo a traición. Entró en Córdoba el 25 de septiembre de 1868 mandando un grupo revolucionario.
Guerrillero liberal.
Antonio Vázquez "Cucarrete" y Malas Patas.
Hasta 1870. Gibraltar, La Línea, Castellar, San Roque y Cádiz.
Secuestran a Mr. John Bonell, mueren en un enfrentamiento con la Guardia Civil en la venta del Guadaira.
Secuestros
El "Tio Martín" de Casariche.
Casariche, Archidona
Secuestro de la hija del juez Melero.
Secuestros.
La banda de "Vaca Rabiosa".
Hasta 1870-1871. Palenciana, Antequera, Las Algaidas, Benamejí.
Secuestran al niño José María Crispín. Su guardian lo salvó.
Secuestros.
Los Niños de Guadix.
Hasta 1880-1881. Guadix, Lugros, Foselas, Dalías, Atarfe, Granada, Lapeza, Güejar-Sierra.
Se formó la banda en la cárcel. La Guardia Civil, en abril de 1881, incendió la Cortijada de los Agustinos, tras treinta horas de tiroteos.
Secuestros.
Cuadrilla de Melgares y el Bizco del Borje.
Loja, Lucena, Antequera.
Envian 2.500 pesetas mensuales a Madrid para que les dejen actuar tranquilos.
Agentes electorales al servicio del cacique.
El Vizcaya.
Hasta 1904. Estepa, Córdoba, Utrera, Sevilla, Baena.
Muerto por disparo de un campesino.
Contrabandista y cuatrero.
Joaquín Camargo Gómez "El Vivillo".
Estepa, Villamartín, Buenos Aires.
Picador de toros con Morenito de Alcalá. Escribió sus "Memorias". Se suicidó en Buenos Aires en 1929.
Contrabandista y cuatrero.
Francisco Ríos "Pernales" y "El Niño del Arahal".
Hasta 1907. Estepa, Ronda, La Roda, Cazalla, Carmona, Arahal, Montellano, Cortijo de la Rana.
Ambos mueren, en tiroteo con la Guardia Civil, el 31 de agosto de 1907.
Robos y asaltos a fincas.


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