HACIENDA
DE IBARBURU
Hacienda de Ibarburu,
también se la ha denominado San Miguel de Miravalle; Hacienda de San Lorenzo de
Miravalle.
Presentamos un amplio
reportaje fotográfico en el que se muestra la realidad en la que se encuentra
la Hacienda Ibarburu, después de unos meses desde que se “levantó la liebre” de
su estado de abandono y el expolio a la que viene siendo sometida desde hace
más de una década.
Dejamos constancia de
documentos escritos por diferentes medios de información, publicados en 2006, 2013,
2017 y 2018, y de la información que el Instituto de Patrimonio Histórico de la
Junta de Andalucía tiene publicada en su web y en los que ya se alertaba del
abandono de la Hacienda…
Nos
ponemos en situación…
Hacienda
Ibarburu, situada en el km 558 de la N-IV en su intersección con la AP-4, en el
término municipal de Dos Hermanas. La hacienda es levantada, tal como la
conocemos en la actualidad, en torno al año 1748, si bien sus orígenes se
remontan al siglo XVII. La hacienda debe su nombre a la familia de Ibarburu,
comerciantes vascos de larga tradición que en el siglo XVII inician sus
negocios de exportación de vinos, aceites y aguardientes a las Indias
Occidentales. Esta familia adquiere la hacienda en 1702 denominándola Hacienda
de San Lorenzo de Miravalles, aunque por su sobrenombre, Ibarburu, es por el
que se la conoce popularmente; siendo adquirida en 1903 por la familia Pickman.
“Conserva, a pesar de su abandono, importantes elementos antiguos como el patio
central, la casa noble de dos plantas
con arcadas que daban al antiguo jardín. También pueden apreciarse los restos
de la capilla totalmente abandonada y que en días no muy lejanos albergó
auténticas obras de arte. La nave del lagar también se mantiene en estado
primitivo y en la Almazara aún se conserva la torre contrapeso para dos vigas,
las naves, el almacén de las tinajas y la prensa completa con el husillo y las
demás piezas que componen el conjunto. Adosada a estas naves están la nave del
molino y lo que queda de la gañanía”. En
el año 2002 fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento
Histórico Artístico. Documentación: Patrimonio Inmueble de Andalucía; Dos
Hermanas cuenta; hemeroteca ABC de Sevilla, 13/01/2006.
Patrimonio
Inmueble de Andalucía
Instituto
Andaluz de Patrimonio Histórico
Consejería
de Cultura.
|
Foto de María Luisa Melero, 1997 |
Descripción
“La Hacienda Ibarburu se encuentra
situada en las inmediaciones del casco urbano de la localidad nazarena, en un
pago homónimo y rodeado de otras haciendas como la Bertendona o los Molinos del
Maestre, de la cuales se sitúa equidistante. Su acceso se realiza desde la Carretera
Nacional IV de Madrid a Cádiz en el kilómetro 557, cerca del cruce de la
carretera con la autopista Sevilla-Cádiz. Es un inmueble que presenta una
tipología rural, configurada en torno a diferentes patios alrededor de los
cuales se organizan dos zonas principales: la zona de labor y la de señorío.
El conjunto edilicio presenta un
arquitectura muy horizontal, destacando volúmenes verticales como la torre de
la viga, la torre-mirador, la espadaña de la portada principal y los tejados a
dos aguas.
El patio de labor es un espacio de
grandes proporciones que presenta un empedrado en toda su superficie. En el
centro de este espacio abierto se encuentra una fuente circular con un pilar en
el centro, realizada en ladrillo que, por su estructura, puede servir de
abrevadero. Es el primer espacio abierto de distribución que presenta el
inmueble en planta para su ordenación, al que asoman las dependencias
destinadas a vivienda para los caseros, caballerizas, naves para el ganado,
gañanías y cocheras.
Las caballerizas, de planta
rectangular, están cubiertas por una techumbre de vigas de madera sostenida por
columnas de mármol con capiteles de pencas, y en ellas se distribuyen las
diferentes cuadras, en las que destacan los pesebres.
La nave para el ganado estabulado y
cosechas ocupa en planta la totalidad del flanco Noroeste. Comunica con el
patio de labor mediante varios vanos, de diferentes tipologías. Construida
mediante la colocación de doble línea de pilares de sección cuadrada de aristas
rematadas que sostienen una prolongada sucesión de catorce arcos de medio punto
en los que resaltan la líneas de las impostas. Todo este espacio queda cubierto
en la parte intermedia con una techumbre de madera a dos aguas y en las
laterales con cubiertas del mismo material en colgadizo.
La zona de la hacienda destinada a
señorío ocupa el flanco opuesto al patio de labor. Presenta en parte de su
fachada una doble arquería de arcos rebajados sobre columnas de mármol, que
conecta con la torre mirador que se encuentra situada en ángulo, que es de
planta cuadrada y tiene en el segundo piso un balcón en cada uno de sus
frentes. En la parte posterior de esta vivienda señorial se encuentra un patio
ajardinado de planta cuadrada con una pequeña fuente octogonal en el centro.
Éste se presenta acotado en dos de sus lados por un muro de cerramiento,
permitiendo la conexión con otro de los patios dedicado a las funciones
agrícolas en la parte trasera del inmueble, al que asoma un doble pórtico de
arcos de medio punto sobre pilares de sección cuadrangular.
Al exterior, la fachada principal, de
gran desarrollo horizontal, se encuentra dividida por la presencia de la
portada principal, único elemento vertical del conjunto, la cual se divide en
dos cuerpos: El inferior, formado por un vano de medio punto enmarcado entre
dos pilastras de orden toscano que sostienen el entablamento decorado con
figuras geométricas; y el superior, formado por una espadaña, con campana y el
nombre de la hacienda, rematada por un frontón triangular. En ambos se establece
un criterio de alternancia cromática que resalta sus elementos y realza la
composición. Esta portada contrasta con el resto de la construcción ya que en
ella se conjugan soluciones típicas de edificios urbanos, encontrándose
insertada en un edificio con destino agrícola en un medo rural.
El resto de las fachadas del inmueble
son de carácter mucho más funcional, de ahí el reparto desordenado de los vanos
que responden a la distribución interna del inmueble. La fachada Noroeste
presenta en todo su recorrido un sistema de contrafuertes, resaltados en color
almagra, que contrastan con el encalado del resto del muro, del que sobresale
una torre mirador, mientras que la fachada Suroeste presenta sólo un muro de
cerramiento de mediana altura que ejerce de límite para el jardín doméstico y
los corrales de la parte posterior.
En cuanto a los materiales y sistemas
constructivos, la Hacienda Ibarburu presenta un esquema de construcción muy
homogéneo en todas las partes del inmueble. La estructura portante se resuelve
mediante muros de carga de fábrica de ladrillo, enfoscados y pintados. Sobre
éstos se dispone la armadura de madera de soporte de la cubierta, que en las
dependencias auxiliares se deja vista, con correas de madera y tablero del
mismo material sobre el que se dispone la cubrición de teja cerámica curva. En
las dependencias que presentan dos plantas, el forjado es también de viguetas
de madera con tablero del mismo material, relleno y solería sobre éste. La
peculiaridad más destacada de este edificio radica en el color almagra que se
ha aplicado a la totalidad de sus muros, marcando un juego con la alternancia
del blanco reservado para la línea de cornisas y los ribetes de los vanos.
Datos
Históricos
La hacienda Ibarburu representa un
caso de importancia tanto por la extensión de su planta como por los caracteres
de singularidad que presenta. Resulta igualmente de máximo interés la viga de
prensa que se conserva en buen estado.
Levantada en torno al año 1748, según
mantiene Sancho Corbacho, y según un azulejo cerámico del patio, este inmueble
responde completamente a un tipo arquitectónico que prolifera en un momento de
gran esplendor de la economía rural, que motivó el desplazamiento de las clases
acomodadas y la aristocracia desde las ciudades al ámbito rural. Por esta
causa, las empresas arquitectónicas que promoverían en este nuevo medio
trasladarían los esquemas arquitectónicos propios de la arquitectura palaciega,
generalmente derivados de la arquitectura del siglo XVII y los motivos
decorativos del barroco dieciochesco. Esta influencia ocuparía partes muy
concretas dentro del conjunto de edificaciones que componen una hacienda,
generalmente en portadas, miradores, y otros elementos como marcos de vanos,
etc. En la zona dedicada a señorío, por su carácter de mayor nobleza, estos
esquemas se presentan en su máxima expresión, siendo el lugar en el que los
motivos decorativos inundan las fachadas e interiores con interés de resaltar
la zona de habitación de las dedicadas a labores.
Los valores etnológicos que conserva
este marco arquitectónico deben identificarse con la generalidad de la propia
actividad, desarrollada tanto en este inmueble concreto como en tantos otros
del mismo tipo y finalidad. Por otra parte, las peculiaridades históricas que
valorarían particularmente este inmueble son de escasa relevancia debido a la
falta de fuentes documentales que, como en la mayoría de estos monumentos, no
se hacen patentes en los archivos de carácter histórico. En cierta medida, este
hecho está motivado por el carácter espontáneo del desarrollo de la actividad
constructiva en el momento de la fundación como inmueble de tal uso. Si bien,
en la mayoría de los casos responden a trayectorias históricas de gran
antigüedad conectando con raíces que presentan su origen en la Edad Media y, en
ocasiones, desde la antigüedad.”
Nuria
Pérez Campaña.
ABC
de Sevilla.
13
de enero de 2006.
“Nuevos
usos de ocio para la hacienda Ibarburu de dos Hermanas”
“El caserío, de la familia Pickman,
será rehabilitado para prestar servicios de celebraciones u hostería mientras
que el centro cultural La Almona verá ampliada sus salas de exposiciones y
restaurado su torreón”
La hacienda Ibarburu de Dos Hermanas,
declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico
Artístico en 2002, será rehabilitada tras años de deterioro y advertencias de
peligro de derrumbamiento.
Una modificación reciente del Plan
General de Ordenación Urbana en los suelos del Sector Sur de la ciudad,
permitirá a los propietarios de la hacienda, la familia Pickman, descendientes
de los fundadores de la fábrica de cerámica «La Cartuja», revitalizar el
caserío y su entorno.
Vecinos y entidades culturales han
denunciado en varias ocasiones el estado deficiente de la edificación, del
siglo XVIII, aunque desde la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía
se advirtió ayer que «la obligación de salvaguardar la hacienda corresponde en
todo momento a sus propietarios, y de otro lado, se pueden establecer convenios
de subvenciones en el caso de que sus dueños no puedan, pero no hemos recibido
ninguna petición al respecto».
De momento, el Ayuntamiento ha
aprobado dar a la zona un uso terciario «pero algo ligero que no afecte al
patrimonio cultural y sea rentable económicamente a sus herederos para que les
permita acondicionarla», explicaron fuentes municipales que adelantaron la
posibilidad de que el conjunto de edificaciones pueda acoger un salón de
celebraciones o incluso «un pequeño hotel».
Y es que la hacienda de Ibarburu,
situada en la Carretera Nacional IV km 558, antes llamada San Lorenzo de
Miravalle, es un ejemplo arquitectónico destacado de las fincas de olivar del
ámbito sevillano convertible, como el resto de las haciendas nazarenas
(Montelirio, Los Molinos o Torre de Doña María), en un lugar privilegiado de
celebración. Una lápida fecha el caserío en 1748, en su actual aspecto, con un
patio, un mirador y seis arcos de la casa señorial, así como una reja de la
cárcel del Pópulo, azulejos y piezas arqueológicas, y un reloj de sol de piedra
fechado en 1701.
Otro de los proyectos inmediatos subrayados
por la Delegación de Cultura es la ampliación del centro cultural La Almona,
que verá aumentada con tres plantas, su superficie en 1.500 metros cuadrados
para complementar las dos naves actuales. Se acoplarán, además de tres nuevas
salas -de servicios, salón de actos y exposición ligera-, las oficinas de la
delegación que se trasladarán desde Huerta Palacios.
Restauración de la torre
El plan, ideado por los arquitectos
Ignacio Crespo y José María Boza, y presupuestado en tres millones de euros a fijar
en 2007, contempla también la restauración de la torre contrapeso del edificio.
Román dijo confiar al respecto, en la participación del delegado provincial de
Cultura, Bernardo Bueno, con el que mantuvo ayer «una reunión de trabajo» para
sacar adelante proyectos como el Museo del Olivo en la Hacienda de Quintos, que
costará unos cinco millones de euros y cuyo objetivo pasa por incorporarse a la
Red de Museos de Andalucía.
Asimismo, Román señaló que se pondrá
en marcha, de aquí a al mes de junio, la Escuela de Artes Escénicas de Flamenco
en el centro educativo Torre de los Herberos, en la zona sur del municipio,
planificada para el pasado año y que ahora ve la luz a través de un convenio
con la Peña Juan Talega, responsable del equipo.
La
Hacienda roja
Dos
Hermanas cuenta.
Publicado
en junio de 2013
“Apenas salimos de Dos Hermanas en
dirección hacia Los Palacios por la nacional IV podemos contemplar, a la
derecha, la imponente silueta de la
Hacienda de Ibarburu con sus anchos muros pintados de almagra que la distinguen
de las otras por su cálido color.
Cuentan que sus orígenes se remontan
al siglo XVII, cuando pertenecía a la heredad de la Serrezuela.
Datos sobre Ibarburu y sobre otras
haciendas de interés en nuestra localidad pueden encontrarse en el libro: “Las
haciendas de Olivar de Dos Hermanas” de Mª Cruz Aguilar, Mecedes Gamero y María
Parias (disponible en la Biblioteca Pública Municipal)
Gracias a esta importante labor de
investigación aportamos los siguientes datos:
La hacienda debe su nombre a la
familia de Ibarburu, comerciantes vascos de larga tradición que en el siglo
XVII inician sus negocios de exportación de vinos, aceites y aguardientes a las
Indias Occidentales. Esta familia adquiere la hacienda en 1702 denominándola
Hacienda de San Lorenzo de Miravalles, si bien su sobrenombre, Ibarburu, es el
que ha predominado popularmente hasta nuestros días.
Según el Catastro de Ensenada del
SXVIII en el interior de la finca existían varias viviendas, un molino de
aceite, almacenes, bodega con viga y lagar y caldera de arrope.
En 1903 la hacienda es comprada por
Guillermo Pickman y Pickman.
Los Pickman eran comerciantes
ingleses asentados en Andalucía desde la época de la guerra de la
Independencia, se dedicaron principalmente a la loza y el cristal invirtiendo
parte de su fortuna en la compra de fincas agrícolas.
Ibarburu es una de las haciendas más
interesantes de Dos Hermanas, conserva- a pesar de su abandono- importantes
elementos antiguos como el patio central, la casa noble de dos plantas con arcadas que daban al
antiguo jardín. También pueden apreciarse los restos de la capilla totalmente
abandonada y que en días no muy lejanos albergó auténticas obras de arte.
La nave del lagar también se mantiene
en estado primitivo y en la Almazara aún se conserva la torre contrapeso para
dos vigas, las naves, el almacén de las tinajas y la prensa completa con el
husillo y las demás piezas que componen el conjunto. Adosada a estas naves
están la nave del molino y lo que queda de
la gañanía.”
“La Hacienda de Ibarburu olvidada,
muere poco a poco”
POSTED
BY: @CADENA_DH 29 AGOSTO, 2017
“La Hacienda de Ibarburu, edificio
del S. XVII se encuentra en un estado deplorable, la familia casera ha sido
despedida y no tiene a donde ir, conviven con una plaga de ratas.”
|
Agosto de 2017. Foto de Cadena HD |
“En el año 2004 IU ya denunció el
“deterioro progresivo” que estaba sufriendo la Hacienda, presentando una moción
en este sentido en pleno municipal y que fue aprobada por todos los grupos,
incluso Francisco Toscano llegó a asegurar que “parece oportuno, que si es
posible se lleve a cabo la expropiación” El equipo de Gobierno encargó un
informe de la situación de la Hacienda “servicios técnicos y jurídicos
trabajaban en el tema”. En el mismo año, el estudio realizado por el
Ayuntamiento aseguraba que la Hacienda se encontraba en “muy mal estado”. Una
vez conocido los detalles, el concejal de la época, Jose Manuel Carrión aseguró
que “lo más probable es que se obligue a los propietarios a acometer obras de
reparación”.”
“En 2006 se anunciaba que la Hacienda
sería rehabilitada y se realizarían servicios de restauración o celebraciones,
nada más se supo. Hoy día la situación es mucho más grave y nadie parece
dispuesto a parar la destrucción de una joya olvidada.”
“El matrimonio que se encargaba de
cuidar la Hacienda, ha sido despedido por la empresa propietaria, quedando en
una situación más que precaria, llegando a estar sin luz y encontrándose sin
agua, además de convivir con una plaga de ratas. Personas individuales se han
acercado al lugar para llevarles comida y agua. El próximo sábado a las 11 de
la mañana el Ateneo Andaluz organizará una visita a la Hacienda para quien
quiera conocer de primera mano, en el estado que se encuentra.”
María
José Guzmán
Diario
de Sevilla
13
de enero de 2018
“Un BIC expoliado y destruido”
“La falta de vigilancia ha facilitado
gravísimas destrucciones en la Hacienda Ibarburu, una joya de la arquitectura
rural del siglo XVIII situada en Dos Hermanas y en peligro desde hace décadas”
“La Hacienda, situada entre Dos
Hermanas y Los Palacios, a pie de la N-IV, es uno de los ejemplos
arquitectónicos más destacados de las fincas de olivar del ámbito sevillano.
Data del siglo XVIII y ha sido gravemente expoliada en las últimas semanas.
Todavía hoy se pueden ver materiales apilados y listos para ser retirados. El
principal destrozo que se observa está en la fachada mirador del señorío
(residencia noble) que tuvo dos cuerpos con arcadas sobre columnas de mármol
genovesas. Una doble logia que ha sido derribada por completo después de que
los expoliadores hayan intentado arrancar, quizás con un vehículo de tracción,
las columnas de mármol. Muchas de ellas han quedado partidas en el suelo.
Faltan otros elementos, como otras
columnas que formaban un lavadero de tres naves, un retablo de azulejería trianera
del siglo XVIII representando a San Lorenzo (patrón de la finca) o una reja con
heráldica eclesiástica del siglo XVI, entre otros elementos decorativos de
acarreo, traídos desde Sevilla por los Pickman desde principios de siglo.
Todavía se conservan algunos
fragmentos de frescos en una capilla abandonada. Sobreviven las cuadras con
columnas de mármol, la impresionante bodega-lagar y una de las dos almazaras
que tuvo, de la que han intentado extraer, sin éxito, alguna de las tinajas
enterradas en el suelo. Lo que sí permanece, de momento, es una prensa de viga
del molino de aceite.”
Francisco
Gil,
El
Correo de Andalucía
28
de enero de 2018
“Un cartel advierte: Prohibido el
paso. Propiedad privada, mientras una simple cadena trata de mantener cerrada
una deteriorada puerta que apenas si se puede mantener en pie.”
“Debido al estado en el que se
encuentra, la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía
(Adepa) anunciaba el pasado martes, día 23 de enero, la presentación de una
denuncia contra el Ayuntamiento de Dos Hermanas y la Consejería de Cultura de
la Junta de Andalucía por cuanto estas administraciones «conocían la situación
de la hacienda desde el año 2004, realizando dejación de la función de
conservación y promoción que le encomienda la Constitución y las leyes de
Patrimonio».”
“Esta denuncia se suma a la ya
realizada por un historiador y dos arquitectos ante la Policía Nacional, así
como otra de la propia Delegación territorial de Cultura tras realizar
recientemente una visita a la misma y comprobar el grave estado de deterioro
que presenta.”
Retablo
Cerámico.
CASA
ÁGONZÁLEZ ÁLVAREZ-OSSORIO
“Aunque esta empresa familiar dedicó
su actividad principalmente a la venta de materiales de construcción y
saneamiento, tuvo una interesante faceta en lo referente a la cerámica
artística decorativa y devocional, gracias a dos de sus miembros: Aníbal
González y Álvarez-Ossorio, destacado arquitecto sevillano del periodo
regionalista (finales del XIX y primer tercio del siglo XX) y su sobrino
Cayetano González Gómez, directo colaborador suyo que ejecutó en aquel periodo
muchos proyectos y diseños luego realizados en cerámica, aunque terminaría
siendo artista polifacético que pasaría a la historia como uno de los grandes
orfebres sevillanos del siglo XX.”
Algunas piezas de loza
que se encuentran apiladas, parece ser que a punto de ser sustraídas, son de la
casa González Álvarez-Ossorio.