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Molino harinero hidráulico del siglo XVIII 

en Villafranca de la Marisma 

(Los Palacios y Villafranca)


    Molino harinero hidráulico (de agua) del siglo XVIII situado en la zona del “Molinillo”, entre el arroyo de Calzas Anchas “Cagaanchas”, la Cañada Real de la Armada y el arroyo El Tabón Real (hoy desaparecido) del que tomaba el agua, en el término de Villafranca de la Marisma.

Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus


Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus


    En el llamado Catastro del Marqués de la Ensenada, 1749-1759, que se puso en marcha por Real Decreto de Fernando VI, con el objetivo de recabar toda la información de las localidades del reino para realizar una reforma fiscal "que sustituyera las complicadas e injustas rentas provinciales por un solo impuesto, la llamada Única Contribución", aparece nombrado en el término de Villafranca de la Marismas (actualmente municipio unido a Los Palacios) un “molino harinero de agua, en el sitio del Molinillo, propio de Juan García”, produciendo por valor de 600 Reales de Vellón. El mencionado apunte del Molino de Juan García aparece fechado en el informe firmado el año 1755.

Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus


Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus

    El Molino de Juan García o Molino de la Armada, denominado también así por estar situado cerca de la Cañada Real de la Armada, que debió ser construido años antes de ser referenciado en el Catastro de Ensenada (1749-1759), era el único molino de agua (hidráulico) existente en Villafranca de la Marisma e incluso en la localidad vecina de Los Palacios. En ambos municipios, aún separados, existían eso sí, varias tahonas, molinos de harina cuya rueda era movida con caballería, para abastecer a los panaderos de las dos localidades. En concreto, en Villafranca de la Marisma estaban censadas “ocho asientos de tahonas de seglares que producían dos mil quinientos y veinte Reales”.

  
Recorte del texto que aparece en el Catastro del Marqués de la Ensenada,
 firmado en el año 1755

    También se indica, como dato curioso, que en la villa de Villafranca de la Marisma “el regular precio del trigo unos años con otros es de quince Reales fanega” [(una fanega = 43,247 kg.)] y que hay “cinco panaderos que agencian tres mil seiscientos y cincuenta Reales de Vellón”.

    El Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, publicado por Pascual Madoz entre 1845-1850, señala que sigue existiendo un sólo molino hidráulico en la localidad de Villafranca y Los Palacios (ya unificadas).


    En el trabajo topográfico realizado en el año 1873 del término de Los Palacios y Villafranca por el Instituto Geográfico de la Provincia de Sevilla, aparece en el plano que se levanta el Molino y se comenta en apuntes escritos en el margen que “los arroyos que cruzan este término sólo tienen agua en el invierno”. De lo anterior deducimos que el Molino harinero de la Armada sólo estaría en funcionamiento durante los meses de lluvias o dispondría tal vez de alguna poza, de la que se abastecería de agua en temporada seca.

    El arroyo o reguero que suministraba agua al Molino de la Armada era el desaparecido arroyo Tablón Real, que tomaba el agua a su vez del arroyo Calzas Anchas o Cagaancha [(arroyo que nace en el paraje conocido como Piedra Hincada, desde donde inicia su camino hacia Utrera atravesándola de forma soterrada y saliendo a la luz una vez pasada La Fontanilla, dirigiéndose desde ahí hacia el término de Los Palacios y Villafranca)]. Una vez realizado su cometido de abastecer de agua al Molino, el arroyo El Tablón Real seguía su camino hasta unirse al arroyo de Las Piedras y juntos se fusionaban con el de Calzas Anchas para finalmente “morir” en el Caño de la Vera. 

    Todo hace indicar que el arroyo Tablón Real no era propiamente un arroyo, sino una especie de canalización o acequia que servía para encauzar el agua de forma selectiva proveniente del arroyo Calzas Anchas y conducirla hacia el Molino cuando éste estaba en funcionamiento. Las parcelaciones, cultivos, paso del tiempo, etc. han hecho que los cauces de los mencionados arroyos hayan sido alterados y estén enormemente modificados.

   Deducimos, de todo lo anterior, que el pago agrícola o zona del término del pueblo conocido como “molinillo” o “molino” se denomina de esa forma gracias al topónimo heredado por la existencia en dicho lugar de un molino harinero.

   Según publicó en 2022 el historiador palaciego Fernando Bejines Rodríguez, acompañando a su escrito varias fotos, la edificación del antiguo Molino …/ “sigue conservando elementos característicos reconocibles y otros no visibles que deben encontrarse colmatados, en un entorno agrícola muy transformado”. 

    También apunta, en 2024, que…/ “Se conserva su caseta de molienda, sin los mecanismos de molturación, y un cuarto anexo que debió servir de cuadra. En el exterior destaca el puentecillo sobre las tres bocas de suministro para los cárcavos subterráneos donde se disponían los rodeznos. La toma de agua se hacía mediante una azuda colocada en el arroyo Calzas Anchas ["Cagancha"], que desviaba el suministro hacia un reguero conocido como Tablón Real [ya desaparecido]”.  


Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus


Foto: Fernando Bejines Rodríguez
cedida a Searus


   El Molino de los “Bullangos”, como lo denomina su propietario, pertenece al palaciego Jesús Caballero González que lo heredó de su madre Dolores González Sierra, que a su vez lo hizo de su abuelo Manuel González Canga-Argüelles y éste de su bisabuelo Manuel González Rincón. 

Fotograma de un video
publicado en Facebook en 2024
por Jesús Caballero González

Fotograma de un video
publicado en Facebook en 2024
por Jesús Caballero González

Fotograma de un video
publicado en Facebook en 2024
por Jesús Caballero González

Fotograma de un video
publicado en Facebook en 2024
por Jesús Caballero González

    Jesús está intentando conservar, cuidar y adecentar el Molino del siglo XVIII. Todo nuestro apoyo porque es un bien cultural, etnológico y patrimonial de Los Palacios y Villafranca que no deberíamos dejar en el olvido y ni mucho menos perder.


Miguel Sánchez Martín, octubre de 2024


Fotos

Fernando Bejines Rodríguez  

Fotogramas de un video publicado en Facebook por Jesús Caballero González.

Documentación:

Miguel Sánchez Martín 

Fernando Bejines Rodríguez 

Jesús Caballero González

 Catastro del Marqués de la Ensenada (1749-1759)

 Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz (1845-1850)

Trabajo topográfico del término de Los Palacios y Villafranca, año 1873 (Instituto Geográfico de la Provincia de Sevilla).







Los Palacios y Villafranca en la III Feria Internacional del Campo. Madrid 1956

 

EL PALENQUE DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA 

EN LA III FERIA INTERNACIONAL DEL CAMPO, MADRID 1956


Los Palacios y Villafranca, con El Palenque, participó en la III Feria Internacional del Campo celebrada del 23 de mayo al 23 de junio de 1956 en Madrid.

La participación del pueblo en la referida feria quedó reflejada en un folleto que se editó para tal evento.

Portada del folleto de participación de Los Palacios y Villafranca

en la III Feria Internacional del Campo, 1956. 

En la portada, en la parte superior aparece como título Palenque Municipal. El escudo del pueblo se dibuja en el extremo superior izquierdo y los productos más representativos de la localidad alrededor del mapa de la Península y sobre él se deja ver la localización de Los Palacios y Villafranca. En la parte inferior de la izquierda se escribe el motivo del folleto, la III Feria Internacional del Campo 1956 y a la derecha, bajo el texto “Tenacidad, esfuerzo y… milagro de la producción en secano por obra del manchonero de Los Palacios”, una ilustración con agricultores del pueblo vendiendo sus productos en una de las naves del Palenque. Además, aparece el logotipo del Sindicato Vertical, el único sindicato legal en España durante el régimen franquista.


Página-2 del folleto de participación de Los Palacios y Villafranca

en la III Feria Internacional del Campo, 1956


En las páginas interiores se indica la situación geográfica del municipio, su escudo, su iglesia parroquial, las características de sus gentes, sus casas blancas y un poco de historia al mencionar la figura de Andrés Bernáldez… Se comentan los servicios que presta el Palenque, su privilegiado emplazamiento, se define el término manchonero de Los Palacios, se aportan datos sobre la producción global de los diferentes frutos cosechados en Los Palacios y Villafranca, incluso se menciona explícitamente que se exportaba uva a diversos países de Europa como Alemania, Francia y Bélgica.

Página-3 del folleto de participación de Los Palacios y Villafranca

en la III Feria Internacional del Campo, 1956


Página-4 del folleto de participación de Los Palacios y Villafranca

en la III Feria Internacional del Campo, 1956

 

La Feria del Campo era una exposición con una edición cada tres años, salvo entre 1968 y 1972, que se celebró con carácter bianual. Se inició en los años 50, y se mantuvo hasta principios de los 70. Su lugar de celebración fue la Casa de Campo de Madrid.

Cartel anunciador de la III Feria del Campo, Madrid 1956.

Publicado en “La Casa de Campo”


En su primera edición de 1950 se consideró Feria Nacional, pero a partir de 1953 se denominó Feria Internacional del Campo. Acudían las diferentes provincias españolas y algunos países americanos, para ofrecer lo mejor de los productos agrícolas, ganadería, gastronomía, y productos artesanales etc. Todo esto se amenizaba y complementaba con concursos ganaderos, bailes y música regional y la degustación de productos típicos.

La feria se creó como una mini ciudad dividida en pabellones construidos conforme a las características arquitectónicas de cada provincia. Había reproducciones de los monumentos más emblemáticos. Como era el caso del Pabellón de Toledo con la Puerta Bisagra o de Zaragoza con la Puerta del Carmen o un hórreo asturiano. Cada pabellón estaba regido por personas vestidas con los trajes regionales. La idea era poder visitar toda la geografía europea y en un día disfrutar tanto de su folclore y gastronomía.

El resultado de ello es que en un día se daba un recorrido por toda la geografía española captando parte de su ambiente rural, folclórico y culinario, de donde se salía cargado de folletos, algún que otro recuerdo comprado y el estómago repleto de viandas y vinos autóctonos.

Los antecedentes de la Feria del Campo se remontan a Alfonso XIII, cuando se cede a la Asociación General de Ganaderos del Reino una parte de la Casa de Campo. En esta época sus terrenos pertenecían a la Corona, hasta que con la II República pasó a ser terreno público, declarándose Jardín Histórico Artístico.

A partir de 1950 se comienza a plasmar la idea de la feria.  En 1950 se inaugura la I Feria Nacional del Campo con una serie de edificaciones representativas de las distintas partes de España y en 1953 se internacionaliza la Feria, denominada a partir de entonces Feria Internacional del Campo, que llegaría a su última edición (la décima) en 1975.

Patrimonio Nacional cede el 20 de abril de 1951 a la Delegación Nacional de Sindicatos unos terrenos en la Casa de Campo, colindantes con la Avenida de Portugal. En estos terrenos se crean pabellones e instalaciones diversas a fin de realizar un certamen monográfico sobre el campo español. Se nombra al arquitecto Francisco Cabrero Torres-Quevedo director de La Feria, siendo él el autor de la Escuela de Hostelería en 1956, y del pabellón de Cristal en 1964.

Otros arquitectos renombrados que intervienen son: Alejandro de la Sota (Pabellón de Pontevedra), Secundino Zuazo (Pabellón de Canarias), Germán Valentín y Manuel Fisac (Pabellón de Ciudad Real). El recinto ferial de la Casa de Campo abre sus puertas en 1953.


Foto: Panorámica de la Feria en 1956. ECECAF signatura SCF 5702 (detalle).
Publicada en el Blog: Por las calles de Madrid.


Feria del Campo, Madrid; III-1024. Publicado en  Madrid en Ruta


En 1977 todo el recinto de la Feria del campo pasó a ser patrimonio del Ayuntamiento de Madrid. Los pabellones dedicados a las distintas provincias son ofrecidos a las casas regionales establecidas en Madrid para fijar sus sedes sociales o ampliar las que tenían en aquellos momentos. La idea no termina de cuajar y muchos pabellones quedan vacíos.

En 1978, la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento de Madrid iniciaron conversaciones para la creación de una entidad ferial en Madrid que da lugar al Instituto Ferial de Madrid (IFEMA) en febrero de 1979, que comienza a explotar los pabellones. Al inaugurarse en 1991 el Parque Ferial Juan Carlos I, el lugar empezó a quedar progresivamente en el olvido, lo que permitió el derribo de algunos pabellones como los de Cádiz, Jaén, Murcia y Coruña.

En enero de 2001 el antiguo Patronato de la Feria del Campo se integra en la Empresa Municipal Campo de las Naciones. Esta empresa es la que actualmente gestiona la explotación del Recinto Ferial de la Casa de Campo. Desde 2007 la iniciativa “Paseo Gastronómico” se encarga de la rehabilitación de los pabellones existentes, siendo la sede de numerosos restaurantes de lujo.

 

Miguel Sánchez Martín. Asociación Cultural Searus. 

Octubre de 2024


Fotos del folleto de Los Palacios y Villafranca: Jesús Tonono (adquiridas a un anticuario) y cedidas a Searus.

Documentación: Folleto de Los Palacios y Villafranca en la III Feria Internacional del Campo; Madrid en Ruta; Madripedia; Blog: Por las calles de Madrid.


 

Manuel Cruz Rodríguez, Manuel de la Lucía, palaciego que hizo historia…

Semblanza y recuerdo del palaciego Manuel Cruz Rodríguez, conocido en Los Palacios y Villafranca como Manuel de la Lucía…

Manuel de la Lucía.
Foto cedida por la familia.

Manuel Cruz Rodríguez nace en Los Palacios y Villafranca en el año 1900 y fallece en 1954, a los 54 años de edad, debido a la enfermedad de la diabetes. Era reconocido y nombrado en el pueblo con el sobrenombre de Manuel “de la Lucía” debido al nombre de su madre, Lucía.

Manuel y su hermano Miguel nacieron en una casa ubicada donde actualmente se encuentra el Colegio Diocesano Nuestra Señora de las Nieves, conocido como “El Convento”. Casa que se encontraba cercana a la antigua cárcel del pueblo, lugar que no gustaba ni hacía mucha gracia a Lucía, su madre.

Lucía Rodríguez, ama de llaves de uno de los Marqueses más reconocidos de Sevilla, cuando se separa de su esposo decide vender la vivienda familiar y comprar otra en la calle “Arriba”, actual Pedro Pérez Fernández.

Lucía Rodríguez y su nieto Manuel Tirado Cruz
Foto cedida por la familia


Tanto Manuel como su hermano Miguel reciben una exquisita educación y formación, estudiando en los Salesianos de la Trinidad de Sevilla. Formación académica que pocas personas del pueblo, en aquellos años, podían conseguir.


Miguel Cruz Rodríguez.
Hermano de Manuel de la Lucía

Manuel de la Lucía fue una persona emprendedora, realizando múltiples y variados negocios para beneficio particular y de ayuda a la sociedad en una época, años cuarenta y cincuenta del siglo XX, en que la escasez de alimentos y falta de todo tipo de enseres asolaban a la población de Los Palacios y Villafranca y en general, del país. Se dedicó, entre otros negocios, a la compra de cosechas de garbanzos en Jerez de la Frontera, que posteriormente vendía en su pueblo. También tuvo un puesto o almacén, situado en el solar que actualmente ocupa la Autoescuela Los Palacios, en terrenos propiedad de Eduardo Gómez. En el referido almacén recogía aceitunas de los agricultores palaciegos y las llevaba a las almazaras, consiguiendo a cambio aceite que posteriormente vendía.

Aunque se desplazaba bastante de un lugar a otro, por los negocios que llevaba por delante, no tuvo carnet de conducir; aunque nunca le hizo falta, ya que su amigo Domingo Elías actuaba como su chófer particular.

Muy conocida fue su labor como fiador y valedor de cientos de agricultores y manchoneros de Los Palacios y Villafranca, dado que trabajó durante muchos años como corresponsal del Banco Español de Crédito en Utrera, cuando en le pueblo no existían entidades bancarias.

Manuel tuvo en la Venta de la Alegría, propiedad también de Eduardo Gómez y situada junto al almacén antes mencionado, y en el solar donde se encuentra la Autoescuela Los Palacios, incluso en parte del espacio que ocupó años más tarde el desaparecido cine de verano “Alegría”, el lugar establecido de encuentro para negociar y conceder préstamos a los agricultores y manchoneros del pueblo. Préstamos que según nos informó su hijo José, concedía de dos a dos (de dos a dos agricultores a la vez, siendo uno avalista del otro) por importes de entre 20.000 y 30.000 pesetas por año.

Gracias a dichos anticipos muchos manchoneros de la Los Palacios y Villafranca lograban pasar el invierno en aquellos duros años, pero también les ayudaban a financiar la siembra de la cosecha de la temporada, a comprar aperos de labranza, solares, casas, tierras de cultivo, etc.

Manuel se casó con Encarnación Moral, y fruto del matrimonio nacieron cinco hijos. Hombre respetado y muy querido por los vecinos del pueblo, a quienes ayudó en esa época tan difícil de la historia de nuestro pueblo y país. Persona solidaria con los más necesitados, siempre tuvo preparado un plato de comida para el que le hiciese falta.

La familia de Manuel estuvo implicada y comprometida con la iglesia de Los Palacios y Villafranca, a la que donó un Vía Crucis que aún se conserva en la Parroquia Mayor de Santa María la Blanca y su hermano Miguel legó un Corazón de Jesús.

Manuel de la Lucía falleció muy joven, en la calle “Arriba”.  A su muerte, su viuda no quiso reclamar a ninguna persona las deudas pendientes que habían contraído con su esposo, y se quedaron guardadas en un baúl, para siempre… También han muerto sus cinco hijos, pero sus recuerdos siguen vivos en sus nietos, que residen en Los Palacios y Villafranca y Utrera.

Fotos: Familia de Manuel de la Lucía.

Documentación: Cándida Cruz Mariscal y Miguel Sánchez Martín

 

Miguel Sánchez Martín, 5 de mayo de 2024