Máximo Cayón Diéguez, 1º Premio Searus-2004


MÁXIMO CAYÓN DIÉGUEZ
Máximo Cayón Diéguez. Foto: Mauricio Peña

Nota Biográfica

           Nace en León. Es Diplomado en Ciencias Empresariales. Cultiva con asiduidad la poesía y el artículo periodístico. Ha conseguido varios premios literarios, entre los cuales podrían citarse:

Poesía: “Ciudad de Astorga”, “Botijo de plata” Dueñas (Palencia), Justas Poéticas Castellanas. Laguna de Duero (Valladolid), “Pan de Trigo” La Solana (Ciudad Real), Juegos Florales de Aguilar de Campón (Palencia). “El Yantar de Pedraza” Pedraza (Segovia), “Exaltación del Olivo” Abigal (Cáceres), “Caja de Ahorros de Segovia”, “Martín Descalzo” de Poesía mística de Valdemoro (Madrid), Premio Excma. Diputación de Valladolid, CSCO Medina del Campo, “Feria del Olivo” Montoro (Córdoba), Premio Nacional de Poesía “La Espiga”, Pozaldez (Valladolid), A.G.R.E.C.A. Segovia “Rafael Fernández Pombo” La Puebla de Montalbán (Toledo), “Premio Internacional de Poesía Francisco de Quevedo” Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), “Alforja Poética” Casa Castilla la Mancha Alicante. “Premio de poesía Guadiana” Ciudad Real, Casa de Extremadura. Alcobendas (Madrid). XIII Quijote de Plata (Madrid).

Prosa: “Ciudad de la Bañeza”, “Ciudad de Astorga”, “Día Internacional del Sewguro”, “Año Internacional de la Familia”, “Día del Libro”. León. “Exaltación del Botillo”. Bembibre (León).

          Es Gran Comendador de la Orden Literario Francisco de Quevedo, colaborador de la revista “Abba” de la Cátedra de San Isidro de León, es coautor de la publicación “Semana Santa Leonesa”, realizada en colaboración por Edilesa y Diario de León, en 1995, así como del libro “Viernes Santo en la memoria…”,editado por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, fundada en 1611 de León. Puso también textos y locución en 1994, al primer video editado por dicha agrupación penitencial, el primero que acerca de este asunto se llevó a término en dicha ciudad.

          Ha sido miembro del jurado, mantenedor o poeta invitado en distintos certámenes literarios. Por su vinculación con la Semana Santa Leonesa, es Medalla de Plata de la Junta Mayor de Pro-Fomento de Procesiones. En 1997 fue el pregonero del Cincuentenario de la citada Junta Mayor. Es coordinador de la publicación “PASIÓN” que la editorial MIC de León edita anualmente. Ha  colaborado también en la Televisión de León.

          Máximo Cayón Diéguez, Noviembre de 2005


Obra: “NADA ES MÍO, NADA ME PERTENECE”
1º Premio, XXVII Certamen de Poesía Searus, 2004



                                       “En este tiempo hostil, propicio al odio.”
                                                                     Ángel González.




                    I

A veces me sucede con el alba.
Advierto la alcancía de mi pecho
vacía de monedas, los párpados hinchados,
las piernas torcidas, el andar tardo,
las sienes blanquinosas,
la mirada sumida en el crepúsculo
que configuran cansancio y miopía.

A veces me sucede, y es tanta mi torpeza
que confundo regreso y permanencia.
Mas, una tos airada
al mundo me devuelve.




                    II

Ahora nace el día. Ahora el cielo,
que es venero, que es luz, que es claridad,
nos entrega su cántico y su fruto
y a convivir de nuevo nos convoca.
Pero de nada sirve su concurso,
su resplandor alegre y persuasivo,
si el miedo cobra cuerpo y a su cuidado toma
espíritu y talante, memoria y voluntad.

Acecha entonces, presto y sigiloso,
el relente tenaz de la amenaza,
y el presagio confina en la remota
infinidad de un páramo irredento
las escenas que dieran a la vida
cima y fiel, vecindad y compañía.
Es un viento que deja al descubierto
los secretos más íntimos del hombre.

Siempre pensé que en este mundo habría
posada y hospedaje para todos.
Hoy confieso que estaba equivocado.
En este corredor que da a la muerte,
cada paso que damos tiene un precio.

Aquí es preciso aquietar la cólera,
sortear muros y sombras, mantener
la calma, refugiarse en el silencio
y encontrar un escudo en la ceguera.

Quien incumple estos cánones y normas,
presa es del abandono y el olvido.

No sabéis como pudre el desabrigo
las cuadernas recónditas del pecho.
No sabéis como arrasa el desaliento
el ramaje de las venas, el iris
de los ojos, el vuelo de la sangre.

Ocráceo es el color del desamparo,
grisácea la acidez de sus cadenas,
agraz su abrazo inhóspito que deja
el pulso errante, umbríos los sentidos.

En este tiempo hostil, propicio al odio,
donde el desdén acrece servilmente,
a nadie le interesa el llanto ajeno,
nadie quiere saber nada de nadie.
Y ante tanta agresión y tanto encono,
Amparado en el deseo y la esperanza
de que un día remita esta indolencia,
esta pasividad, este egoísmo,
uno tiene bastante con vivir.




                    III

Cuando miedo regresa a la memoria,
la voluntad rezuma cobardía
dejándonos cautivos y callados.

Y, sin embargo, ayer, os lo aseguro,
bien lo sabe Dios, todo fue distinto.
Tomé la azada, eché por tierra el miedo,
cavé luego una fosa, bien honda, bien profunda,
en la boscosidad subjuntiva del olvido
y allí le di presidio y sepultura.
Y al punto vi quebrarse
en innumerosos pedazos
el rostro del desdén y la efigie del presagio,
y cómo ante mis ojos izaban sus banderas
el júbilo más íntimo, el sosiego más ancho,
la paz más deslumbrante.

Después, como de súbito,
viniera el desengaño a revelarme
que quien duda también recela y teme,
sin pérdida de tiempo puse en fuga
los temores, las dudas, los recelos.
Y atrás quedaron, presos en la niebla
inmóvil del pasado,
amarguras, prejuicios, desencantos.

Verme exento de aquellas ataduras,
sentirme en libertad,
que ora es don, que ora es vida,
fue alcanzar los confines de la dicha.

Acaso porque uno es reo de sus actos,
el durísimo oficio de ser hombre
en el error sustenta su enseñanza.
Ahora si que he andado más camino
que el camino que tengo por andar.
Ahora se que siempre es más feliz
aquel que a manos llenas comparte con el prójimo
el pan y la costumbre,
el vino y la palabra.

Dejadme que enarbole con vosotros
la rama del olivo.
Permitidme que aspire a vuestro lado
el puro aire del alba.
Nada es mío, nada me pertenece,
salvo aquello que me han arrebatado.
Mi única heredad es la esperanza.

Enrique Barrero Rodríguez, 2º Premio Searus-2003


ENRIQUE BARRERO RODRÍGUEZ



PREMIOS DE POESÍA

*Premio “Gustavo Adolfo Bécquer” de poesía para estudiantes de Enseñanzas Medias, convocado por la Junta Municipal del Distrito Casco Antiguo del Ayuntamiento de Sevilla (1987).

*Premio “Ciudad de Guadalajara” de poesía, convocado por la Delegación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira (1994), con el libro “Colección de sonetos para un sueño”.

*Premio “Juan Sierra”, convocado por el Ayuntamiento de Tomares y la Fundación El Monte, con el libro “Breve nombre del amor”.

*Premio “Florentino Pérez-Embid”, de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras de Sevilla, con el libro “El tiempo en las orillas” (2000).

*1º Accesit del Premio de Poesía “Luis Cernuda” del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, con el libro “Poética elemental” (2001).

*XXXVIII Certamen de Poesía de Amor “Reposo Neble” del Ayuntamiento de Bollullos Par del Condado (Huelva).

*Ha publicado algunos poemas en revistas literarias como Renacimiento, El Siglo que viene, Papeles de la alacena o Extramuros. Ha sido incluido en la Antología de poetas sevillanos editada por la Caja San Fernando y la Fundación El Monte con la ocasión de la Feria del Libro de Sevilla 2003 y ha participado como jurado en los Premios de poesía Ciudad del Guadaira y Alhoja, entre otros.


Enrique Barrero Rodríguez, Noviembre de 2004




Obra: “UNA FUGAZ E INCIERTA CERCANÍA”
2º Premio, XXVI Certamen de Poesía Searus, 2003



                                                          
                              I

Sin quererlo los dos, ha sucedido.
El azar nos reúne y nos presenta.
Tras aquel ventanal, la luz inventa
el reflejo de un sol desconocido.

Nueva para mis ojos, he sentido
una tristeza vieja, suave y lenta,
pues sé que soy el saldo de otra cuenta
y esclavo en la tristeza de otro nido.

Me miras a los ojos. Y contigo
la soledad me duele por adentro.
Despierta el corazón que habité un día.

La luz de tu sonrisa es mi castigo.
Y acuden presurosos a mi encuentro
Vagos sueños que luchan a porfía.




                              II

Tal vez amar sea esto solamente.
Una fugaz e incierta cercanía.
Un silencio que duele. La porfía
de arrancarles sus sombras al presente.

Una nube de ausencia por mi frente
pregona la tristeza más sombría.
¿Dónde el mar y la luz, la luz del día,
si no es en tu cintura de repente?

Tal vez amar sea sólo este vacío
de sentirse, de nuevo, abandonado
y adelantar la fecha de otro olvido,

negar, sin convicción, el albedrío,
entregarse a otro abrazo y, resignado,
abdicar de otro sueño sin sentido.




                              III

Conversamos los dos. La tarde pasa
y puebla los pasillos de impaciencia.
Las horas se suceden sin urgencia
y todo la tristeza lo traspasa.

Se incendia el corazón como una brasa
y voy negando al sueño su querencia.
Hombre escindido en dos. Sé que tu ausencia
Poblará los rincones de mi casa.

Tu voz ocupa el tiempo y en la espera
yo no tengo aliciente ni esperanza.
Consumo los minutos para verte.

El tiempo va cercando su frontera.
El tiempo ya hace estragos y me alcanza
pues se acerca la hora de perderte.




                              IV

Vuelvo la vista atrás. Vuelvo los ojos.
Mi tristeza, tras ti, se gira entera.
Tú subes decidida la escalera
y mi pena germina entre rastrojos.

Quisiera retenerte. Que de hinojos
mis brazos abrazaran tu bandera.
Pero el pudor me puede. Me lacera
la soledad trenzando sus abrojos.

Mi mirada te abarca y te persigue.
Tirita entre columnas tu figura
y al punto se diluye tu melena.

El mundo es un tiovivo. Sigue y sigue.
Vuelvo la vista atrás. Y tu cintura
se aleja de los limbos de mi pena.




                              V

Adiós, mujer, adiós. Viene el olvido.
He vivido unas horas de mi vida.
Tu nombre no era amor. Sí despedida.
Lo que puedo haber sido y que no ha sido.

Y antes que el tiempo siga el recorrido,
encierro en mis sonetos esta herida.
Si en el juego del tiempo no hay salida,
demos ya lo vivido por perdido.

Hasta nunca, mujer. El tiempo gana.
Niego mi voluntad. De ti reniego.
Mira si es mi verdad conciliadora.

Llegó tarde mi vida a tu ventana.
El tiempo no hace trampas en el juego.
Siempre sale con carta ganadora.

Luis María Murciano, 1º Premio Poesía Searus-2003


LUIS MARÍA MURCIANO

Nota Biográfica

           PREMIOS DE NARRATIVA Y POESÍA

*Primer Premio de Narrativa Decano Pedrol del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. Año 1995.
*Medalla de Oro de Narrativa Breve de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Año 1996.
*Primer Premio de Cuentos de la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid. Año 1998.
*Primer Premio del Concurso de Relatos “Reescribir El quijote”, convocado por el diario “EL PAÍS”, la Editorial Alfaguara y el Círculo de Bellas Artes. Año 1998.
*Primer Premio del V Concurso Nacional de Narrativa Breve de Tomelloso. Año 1998.
*Primer Premio del V Certamen de Narrativa Breve de Castejón (Navarra). Año 1998.
*Primer Premio del XII Premio “Clarín” de Cuentos, (Madrid). Año 1999.
*Primer Premio del XXI Concurso Nacional de Narrativa de Bargas (Toledo). Año 1999.
*Primer Premio del XI Concurso de Cuentos “Cafetín Croché”, de San Lorenzo de El Escorial. Año 2000.
*Primer Premio del XI Certamen de Relato Corto “Antonio Machado”, de Albacete. Año 2001.
*Premio del Concurso de Cuentos “Ciudad Villa del Río” (Córdoba). Año 2001.
*Primer Premio del Certamen Internacional de Relatos de Teruel. Año 2002.
*Primer Premio del Certamen de Relatos “Ana María Matute” de la Comunidad de Madrid. (Año 2003).
*Primer Premio del Certamen de Relatos “Puente Zuazo”, Academia de San Romualdo. San Fernando (Cádiz). Año 2003.
*Premio de Poesía de Ateneo Cultural de Sanlúcar de Barrameda. (Cádiz). Año 1999.
*Premio de Poesía del Ilustre Colegio de Abogado de Madrid. Año 1999,
*Premio de Poesía “Aurelio Guirao”, de Cieza (Murcia). Año 2001.
*Primer Premio de Poesía “La Espiga de Oro”, de Pozaldez (Valladolid). Año 2002.
*Primer Premio de Poesía “Rodrigo Caro” del Colegio de Abogados de Madrid. Año 2002.
*Primer Premio de Poesía Al-Andalus. (Burgos). Año 2003.
*Primer Premio de Poesía de Villarrobledo (Albacete). Año 2003.

          Cuentos, poemas y artículos suyos han aparecido en diversas publicaciones españolas y extranjeras.

Luis María Murciano, Noviembre de 2004




Obra: “SONETOS DEL DESAMOR”
1º Premio, XXVI Certamen de Poesía Searus, 2003



                                     “Todo acabó, como se acaba el día
                                                           Entre las llamaradas del ocaso…”

                                                                                              Laura de Colloví


Al borde ya de abandonar la pluma,
de comenzar ese imposible viaje
donde no quepan en el equipaje
ni sombra, ni tristeza, ni la espuma

de tantos días sin la mordedura
desgarradora de la cruel serpiente,
reclino mi cabeza lentamente
y dejo que me gane la amargura.

En este pueblo blanco nos perdimos
tratando de olvidar la pesadilla
de dar cuerda al reloj de nuestros miedos.

Nadie podrá borrar lo que tuvimos,
la dicha, diminuta maravilla
que vimos escaparse entre los dedos.




Trazar la ruta en este laberinto
de recuerdos, de risas escondidas,
de mágicas mañanas ya perdidas
en las que tu rocío era distinto.

Te busco en la azotea, en la alacena,
si me vuelvo, te encuentro en el pasillo,
como la margarita pierdo el brillo
si deshojo las horas con mi pena.

Soporto la distancia aunque no puedo,
cansado de aguantar tantas derrotas,
perdido en la amargura de mis huesos.

Ha transcurrido el tiempo. Tengo miedo
de que las olas o las gaviotas
puedan borrar tus huellas y tus besos.




Sueño con un antiguo espejo. Luna
donde, tal vez, tu piel se reflejara
desnuda de dolor, y suplicara,
que nuestra dicha fuera sólo una.

Tu nombre sigue escrito en esta arena.
El tiempo no lo borra, ni el olvido,
y esa campana del amor herido
al cabo de los años ya no suena.

Sueño una primavera ya dormida
como suelen soñar los derrotados,
que nunca dan la guerra por perdida.

No importa si otra vez tiras los dados
que tejen y destejen esta vida:
nacimos y morimos condenados.




Nada me pertenece. Ni siquiera
una brizna invisible de tu llanto,
ni la sombra que cubre con su manto
la luz de esta tristeza verdadera.

El tiempo junto a ti fue la manera
de desterrar la angustia y el quebranto.
Pero ya no es posible. ¡Duele tanto
saber que se extinguió la primavera!

Pienso que si volviera su latido
saciaría esta sed de amor y olvido,
pero la soledad no se equivoca.

Tan vacío de ti, tan diferente,
nostalgio tu hermosura adolescente
mientras la escarcha cae sobre boca.




Bajo el disfraz oscuro del olvido,
la araña del amor tejió su baba
y derramó la pena que no acaba
sobre mi corazón entristecido.

Desde entonces, me he dado por vencido:
improviso mañanas junto al viento,
doy cuerda a este reloj que va tan lento,
vagando como un niño adormecido.

Hay tanta soledad que me parece
que a veces ya no importa la derrota
si tan sólo perduran los despojos.

Mas tu recuerdo no desaparece,
y, aunque alcance otra vida más remota,
jamás sabré vivir sin ver tus ojos.




Se avecina la noche y mi tristeza
ha escondido sus brazos en la fría
soledad. Esta sed, que es mi agonía,
no sabe dónde acaba y dónde empieza

ese desván de sombras, esa pieza
donde una vez rozamos la alegría.
Por mis manos resbala todavía
el manantial de tu delicadeza.

El tiempo a contraluz. La madrugada
extenderá otra vez su largo velo
y no hallaré la lumbre de tu huella.

Vendrá el amanecer y no habrá nada.
El tiempo es una celda, y mi consuelo
será no recordar la noche aquella.




Yo se bien que detrás de la memoria
florece entre la más amarga pena
la dicha de saber que mi condena
no es más que formar parte de tu historia.

Apenas me conmueve tanta escoria.
Tu llanto, como aquella tarde, suena
y no sólo es nostalgia lo que llena
los cangilones de esta lenta noria.

Tal vez sea ya la hora del olvido,
de poner punto y fin a tanta herida
con un dulce espitafio de amargura.

Después de lo soñado y lo vivido,
y del desgarro de la despedida,
es tan sólo el dolor lo que perdura.




Un perdedor camina por la acera.
No es más que un espejismo de inocencia
que alberga en su desdén la cruel sentencia
de aquel que nada tuvo y nada espera.

Tal vez sea su nostalgia verdadera,
o puede que le turbe la presencia
de tanto amor remoto y tanta ausencia.
Y en su remordimiento desespera.

Es tanta su cansera y su andadura
que apenas le sorprende el desengaño
de ver pasar la vida sin consuelo.

No hay quien remedie ya su desventura,
marcado para siempre por el daño
de arrastrar su memoria por el suelo.

José María de Juan Alonso, 2º Premio Searus-2002-AUDIO




AUDIO DE

LOS OJOS DE IMANE”
2º Premio, XXV Certamen de Poesía Searus, 2002


Voz: Paco Márquez y Mari Carmen Guisado

Saxo alto y soprano: Miguel Ángel López






  Radio Unión de Los Palacios y Villafranca, con motivo de la celebración de los veinticinco años de Poesía Searus, realizó la grabación de audio del trabajo “Los ojos de Imane” del poeta José María de Juan Alonso, segundo premio del XXV Certamen de Poesía Searus de 2002. Pusieron voz a la grabación Paco Márquez y Marí Carmen Guisado, con acompañamiento musical de saxo alto y saxo soprano de Miguel Ángel López.
          Gracias a la labor recopilatoria de nuestro antiguo presidente, Paco Márquez, hoy podemos exponer el trabajo que con tanto mimo realizó la radio y la televisión local en aquella entrega especial de los premios Searus.
  

José María de Juan Alonso, 2º Premio Searus-2002


JOSÉ MARÍA DE JUAN ALONSO

Nota Biográfica

           Nació el 19-03-1960 en León. Diplomado en Turismo.
Ha trabajado como agente de viajes y guía de turismo nacional e internacional.
          En este momento es consultor turístico, Profesor de la Universidad de Alcalá-Escuela Universitaria de Turismo, y de otras universidades y escuelas de negocios privadas.
Literatura:
          Premios Tardor de Poesía (Castellón), 2001, con el libro El Viaje de las Cenizas.
          Otros premios de poesía en 2001-2002: Astorga (León), Los Molinos (Madrid), Daya Nueva (Alicante), Azuqueca de Henares (Madrid), revista Escribir y Publicar, Cafetín Croché (San Lorenzo de El Escorial, Madrid), Quijote de Plata (Peña Rodense en Madrid).

Reseña biográfica tomada de la Antología 25 años de Poesía Searus, 2002




Obra: “LOS OJOS DE IMANE”
2º Premio, XXV Certamen de Poesía Searus, 2002



Esta tarde feroz de Palestina
los ojos de Imane
se han quedado vacíos
y no dejan dormir a las palomas.

Su vacío nos mira con asombro,
con un dulce estupor
que nos arranca el alma de la carne
por sólo unos minutos.

El tiempo suficiente
que nos recuerda que éramos humanos.

Su vacío cansado de desiertos
nos deja sin aliento y sin codicia
desde la placidez azul del miedo,
desde la blanca asepsia en la distancia.

Su vacío fatal y milenario
nos mira y nos devora
entre la nube gris de las noticias.

Sus ojos son ahora
una estación de sombras
densas como el metal
que taladran la piel,
una estancia de sombras
que nos cubre el almuerzo de ignominia.

Pero a pesar de todo
no veo en el vacío de sus ojos
una pizca de odio,
lo que hace aún más absurda
la calma que me invade entre la infamia.

Qué romántica y dulce es la miseria
en los cuerpos pequeños y lejanos,
qué morbosa y qué simple es esta muerte
que nos mira de lejos sin mancharnos.

No es posible callarse,
no es posible
seguir bebiendo el vino de la calma
con los ojos de Imane travestidos
en un chorro implacable
de electrones vacíos
derechos hacia el fondo de mis ojos,
donde se esconde el alma en su vergüenza.

En esta hora fatal y abrasadora
los ojos de Imane
están huecos, desiertos, devastados,
habitados de golpe
por los cuervos más negros de la guerra.

Ya no sangran las lágrimas de aceite
de olivos retorcidos
en formas irreales
que tachonan las lomas de Judea.

Sangran lágrimas negras, también negras
volutas de metal
han abrasado el aire que circunda
esos ojos tan mínimos y limpios,
esos ojos que casi ya no existen.

En los ojos de Imane,
espejos profundísimos y yertos
nos miran la memoria
del alma que avecina en su delirio
fisuras en la sombra de los muertos.

Ojos que en su ternura
han reflejado sin querer el alma
negra de los halcones
que han deseado su muerte
a través de los siglos, desde siempre.

Ojos que en la tormenta del deseo
nacieron contra toda la miseria.

Ojos negros de Imane
que hace siglos que lloran sin descanso.

Esos ojos cerrados
contra la más absurda de las muertes
ya han regalado toda su ternura
en sólo cuatro meses,
ya no les queda nada.

No sabemos a quién regalarán
el brillo que les iba destinado
que viene del inicio de la luz,
que viene del final del Universo.

Es sólo cuatro meses
y los ojos de Imane conocieron
cielos rasos de plomo y de ceniza
que nunca los borraron
la sonrisa inicial,
la sal y la sonrisa de la Tierra.

Ahora mismo, en esta hora incierta
en la otra faz del mundo
la mirada de Imane se reencarna
en otros ojos mínimos
igualmente preciosos,
igualmente tan dulces,
igualmente cargados de futuro.

José Luis Martín Cea, 1º Premio Searus-2002-AUDIO

AUDIO DE
LA VOZ DE LA MEMORIA”
1º Premio, XXV Certamen de Poesía Searus, 2002

Voz: Paco Márquez y Mari Carmen Guisado
Saxo alto y soprano: Miguel Ángel López




          Radio Unión de Los Palacios y Villafranca, con motivo de la celebración de los veinticinco años de Poesía Searus, realizó la grabación de audio del trabajo “La Voz de la Memoria” del poeta José Luis Martín Cea, ganador del XXV Certamen de Poesía Searus de 2002. Pusieron voz a la grabación Paco Márquez y Marí Carmen Guisado, con acompañamiento musical de saxo alto y saxo soprano de Miguel Ángel López.
          Gracias a la labor recopilatoria de nuestro antiguo presidente, Paco Márquez, hoy podemos exponer el trabajo que con tanto mimo realizó la radio y la televisión local en aquella entrega especial de los premios Searus.